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jueves, 10 de diciembre de 2020

Rapeando con Emérito.

 

El auge y caída  en desgracia del Emérito debería obligar a pensar en el papelón de los gobiernos (pretéritos, presentes y futuros) en el asunto y poner en solfa la labor de los profesionales del periodismo sobre este asunto. Porque, sin esas connivencias las cosas no podrían haber sido nunca como fueron.

Imaginemos por un momento, que Hitler o Mussolini hubieran restaurado la monarquía en sus países y que, después de muertos estos dictadores, los reyes de péplum puestos por ellos hubieran seguido ocupando la más alta magistratura del Estado.

¿Qué pensaríamos, qué opinaríamos? ¿Tendríamos el cuajo de dar marchamo de democracia a estos países?

Pues en España sí. Y para ello, primero se enarboló la Transición como modelo único a seguir, después se continuó dando por buena la coyuntura, obviando  referéndums, no fuera a ser qué, y por último, don Emérito contó con la connivencia de gobiernos y de nuestra  paniaguada prensa siempre presta a elevar a rancios personajes a los altares por mucho que huelan a naftalina.

Y, claro, el monarca sabiéndose inviolable y con su efigie usada para imprimir billetes, se confundió y pensó que si el campo español era orégano borbónico, quedarse con unos cuantos  miles de millones  de euros era de obligado cumplimiento, un deber de patriota ineludible. Al fin y al cabo, el patriotismo empieza por uno mismo y al patriota se le juzga teniendo en cuenta lo abultada que tenga la cartera.

Lo malo es que, décadas de latrocinios después, los ciudadanos de a  pie nos enteramos gracias a la delación de sus encubridores de las mangancias del personaje y poniendo algunos el grito en el cielo, las autoridades fluctúan entre hacer la vista gorda o seguir engordando de mierda los bajos las alfombras reales, y no se le denuncia ni se le requiere de nada. Al contrario. Prefieren seguir haciéndole favorcillos al felón e incluso la Agencia Tributaria, Tribunal de Inquisición para tantos, le da árnica y le deja regular lo que le da la gana cuando a él le da su real gana. Y claro, el huido ex Jefe de Estado aprovecha la ocasión y perpetra la  jugada. Carambola a  tres bandas. Lo hace desde de Abu Dabi y no en pliego de descargo desde la cárcel, donde debiera estar. Para colmo de demócratas, nuestros inefables magistrados en uso y abuso de sus kafkianas decisiones, envían a la cárcel a un rapero por cantar las mangancias de personaje tan emérito. Y es que, alguien tiene que pagar tanto abuso, tanta desfachatez, tanto delito. Así que, leña al mono que es rapero y pasaba por allí.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Recuerdos de Egipto.

 

Unos amigos se marchan hoy a Egipto. Por supuesto, aproveché y le mandé recuerdos para Ramses II. Mi faraón ídolo. Tuvo 152 hijos, ganó batallas en las que ni siquiera estuvo presente, se proclamó hijo de dios (de aquellos fangos estos lodos) y construyó templos, algunos de ellos afanándoselos a papá, a lo largo y ancho de toda la ribera del Nilo, de norte a sur, acabando en Nubia con el maravilloso Abu Simbel, sitio en el que ordenó construir otro para su esposa.

Los jeroglíficos que adornan alguno de esos templos están dedicados a darle loa, boato, a contar lo grande que era su figura y a ensalzarle como guerrero.

Estoy empezando a poder descifrar jeroglíficos; no es tan difícil como pueda parecer, por lo de pronto ya tengo en mente el alfabeto que se identifica ideográficamente y a cada letra le corresponde un signo. Después hay asociaciones y la cosa se complica; incluso he leído alguna teoría, más bien absurda, que dice que Champollion sólo dio una versión aproximada de la interpretación, pero que el asunto no está cerrado. Todo el avance, o casi todo, que se produjo en el redescubrimiento de Egipto, como civilización antigua, se lo debemos a Napoleón, que por allí anduvo, en campaña contra los mamelucos, a los que venció, por número, por artillería y porque si a esas dos cosas, determinantes, le unimos su estrategia militar, la cosa no podía rematar de otra manera.

La batalla que determinó el curso de la guerra se produjo en Giza, muy cerca de las pirámides. Cuando el general francés llegó hasta ese lugar, las pirámides existían prácticamente cubiertas de arena, y de la esfinge sólo se veía la cabeza. Los soldados del pichicorto general se dedicaron a practicar la puntería en aquella testa que emergía de la arena y la llenaron de balazos que dejaron su cara llena del acné que deja la metralla. Dicen que, una vez desenterradas las pirámides, Napoleón tuvo el antojo de pasar una noche en el interior de la más grande, la de Keops. Cuenta la crónica, que al día siguiente salió lívido y demudado y que jamás a nadie dijo a nadie lo que estando en ese útero había experimentado. Sin embargo, cualquiera que se haya internado en ese averno sabe cuál es la explicación: la falta de oxígeno es asfixiante, mareante. Experiencia propia, bajé un 24 de diciembre, a primera hora de la mañana, y me costaba respirar. Imagínense pernoctar allí. Que yo sepa en el interior de Keops, aparte de Napoleón, han pasado noche Julio César y Alejandro Magno. Tres emperadores, tres grandes guerreros. Hay más, supongo, aunque lo desconozco; incluso de los dos últimos mencionados no hay más referencia que la tradición oral. O sea, que a lo mejor sí o a lo peor tampoco. No sé lo que ellos pudieron sentir, no sé lo que siente cada quien cuando baja, pero desde luego para mí fue una experiencia inolvidable. Si tienen claustrofobia ni lo intenten, y si se quedan  sin entrada, en Keops sólo venden 50 al día, siempre pueden intentar sobornar a algún vigilante. A nosotros nos funcionó. La gente es muy venal y por 50 € entramos ocho, creo recordar. Regateen, en Egipto está considerado deporte nacional, y tengan paciencia, que ellos no tienen ninguna prisa y ustedes están de vacaciones. No lo olviden.

Pero si lo que quieren es visitar a Ramses II tienen que ir a Londres. Está en el Museo Británico. Allí lo tienen expuesto como si souvenir fuera. Es un tipo alto, dotado de tocha prominente y con una muerte del loro digna de mascarón de proa. Gasta pelillo estilo beatle, por aquello de donde fueres haz lo que vieres, y a él se le aproximan algunas mujeres deseosas de quedar encinta por el sistema paranormal No sé, pero para mí que el sistema inventado por los ingleses no es tan efectivo como el de las famosas nueve olas de la playa de la Lanzada en Pontevedra, pero vayan ustedes a saber.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Se murió Maradona.

 

Se murió Maradona, ¡vaya por Dios! (descanse en paz), y sabéis qué, que a mí me importa un huevo. Exactamente, la yema del contrario que me importan las historias para no dormir de la Pantoja, las de Paquirrín y las del dios que los fundó a todos. Soy un descreído, lo sé, un ateo de los medios. Soy un tipo que no necesita dioses, amos o reyes, tampoco ídolos de hojalata para proceder en genuflexiones,  un tipo que prefiere disfrutar de la inopia. Tengo un cuaderno invisible que me libra de esos tormentos. Al igual que lo tiene todo el mundo, pero el mío es mucho más corto. Pues, en él mío figuran todos aquellos que, siendo importantes para el mundo, a mí importan un bledo. En mí cuaderno no se rinde pleitesía a ninguna de las tontunadas de las que la prensa felona parece estar cautiva. Esa prensa, que en vez de informar impone cátedra y misoginia de baratillo a sus lectores. Siempre a favor del amo, el que paga manda, del poder que emana del Ibex 35 y del que desprende el Boletín Oficial del Estado, auténtica crónica de vilipendios. Además, por si no fuera suficiente tamaño descreimiento, estoy escribiendo una novela. Otra más, la tercera, tal vez postrera. Aunque, nunca se sepa lo que depara el tiempo. En ello ando, avanzando que no es poco y distraído de lo lindo. Ya tengo título, después de darle mil vueltas, está por fin bien definido, y ahora estoy procediendo a la migración de datos lentamente. De cabeza a  portátil. La novedad es que no voy dan tumbos como en otras ocasiones, la recompensa es que me lo estoy pasando francamente bien, aun siga sin gustarme la palabra franco que suena a vade retro. Voy lento, pero seguro, que se dice. Al ralentí, al tran-tran, como quieran, despacito voy, y no sé cuándo acabaré ni siquiera si lo haré. No corre prisa, no tengo que devolver anticipos a nadie ni debo nada, al menos, eso creo; y pienso que a los veinte habituales que me leen no les importará mucho que acabe antes, después o incluso nunca. Además, se murió Maradona, un señor con iglesia propia, pero si, pese a todo, andan ustedes necesitados de capillitas o de disfrutar de más distracciones, siempre pueden sintonizar Tele Pantoja y hacerse adictos de tan folclóricos culebrones. En todo caso, recuerden los más viciosos que siempre pueden recurrir a la novela madre de todas las nivolas. Esa que escriben a diario, para todos nosotros, los amanuenses del Estado y que lleva por ilustrativo título: Boletín Oficial del Estado. En ella, escrita en jerga desatada, verán componendas sin igual y reparto de dineros tutiplén. Así que, olvídense de Maradonas, y de tram- Pantojas y sus chuminos, que lo del B.O.E sí que es un auténtico novelón, y por si fuera poco de tamaño de mayor cuantía es el novelón.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Cosas que me importan una mierda.

 

Ocurrió hace mil años, cuando todavía yo era joven. Una mañana, al subirme al autobús de la empresa para ir al aeropuerto de Barajas, donde trabajaba en aquella época, alguien me dijo ¿sabes qué ha ocurrido?, y sin necesidad de contestar yo nada el inquisidor o inquisidora, que no recuerdo el género, se contestó a  sí misma, o mismamente: “ha muerto Paquirri”.

Os lo prometo, la gente que iba en el autobús parecía en shock.

La cosa no era para menos. Todos guardamos fechas o recuerdos que marcaron época; y, sin lugar a dudas, el accidente laboral del torero marcó la suya y de paso la nuestra.

Pese a tamaña trascendencia, ni sé, ni recuerdo, el día ni el año en el que  murió el torero. Y, sin embargo, de la de Franco, otro celebérrimo matador, pero este su pueblo, guardo memoria exacta de año, de día, si me apuran incluso de hora: las vacaciones que nos dieron para celebrarlo las recuerdo antología del desparrame.  

Sin embargo, para dejar claro que todavía hay clases y óbitos, y que no es lo mismo la muerte de un torero que la de un matador, cuando palmó Paquirri no nos dieron vacaciones.

Y claro, no es lo mismo.

Para compensar el ninguneo, las revistas editadas en papel cuché, unidas a la caterva catódica del colorín, se hicieron custodias de ambos temas. Y llevadas del subidón que proporcionan las buenas ventas, nos informan a todas horas de las cosas que les ocurren a herederos transportados en helicóptero, a la folclórica viuda  y a sus niños cromañones.

En fin, que no me libro. Estoy sentenciado a morirme escuchando historias para no dormir.

 

martes, 17 de noviembre de 2020

Fernando Simón.

 

Es el hombre de moda y también el que está en solfa y en cuestión. Su popularidad crece día a día al igual que lo hacen sus detractores y seguidores. Unos hablan bien de él, otros prefieren sacarle la piel a tiras. Los pitos y las palmas, constante de lo público, últimamente lo es de su vida. Nos informa con mesura, con tecnicismos o en lenguaje llano y siempre calmo; de lo que hubo, de lo que hay y de lo que se supone que habrá. Siempre en funciones; al fin y al cabo, funcionario es. Se lo merece todo para algunos y nada para otros. Quizá por eso, yo que soy equidistante, incluso de mí mismo, desde aquí y desde ahora, reclamo para él banda sonora original. Bien la tiene merecida. Sus comparecencias serían más floridas, más vistosas, más amenas. Ya es como si lo viera, atándose los machos, ciñéndose la taleguilla de los folios y saliendo al ruedo de las preguntas con música compuesta ex profeso a su leyenda. Atención, rugido de clarines, retumbar de timbales; ya está aquí, por la puerta sale, ya suena: Fernando Simón, el pasodoble.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Perímetro no es nombre griego.

 

Perímetro me suena a griego, tal vez a hijo de Menelao, a sobrino de Agamenón, y también me suena a Ilíada, pues de Homero me trae recuerdo; sin embargo, no es griego ni siquiera nombre propio, por mucho que gustara de tal cosa; es sustantivo y masculino, latino y término hoy en día de lo más frecuente, de uso y abuso, en el cine, en el más de los onomatopéyicos, en ese que cursa en pin pan pun y recidiva en chas cras  pataplás, que vemos en las películas en las que salen esos héroes que ni despeinan sus flequillos llegada la hora de salvar al mundo.  Y, ay qué pena. Con lo bonito que sería que griego fueras; dios, titán, cíclope o todo a la vez, y que vivieras donde viven tus primos, los dioses griegos, allá en el Olimpo. Lástima que siendo sustantivo no te alcance el derecho para disfrutar de chalecito en tan afamado monte. Con lo bien que estarías, Perímetro, en el mismo jugo de tu salsa, haciendo el mal, masacrando y lleno de ira, vengativo a más no poder e incestuoso y violador como estilan los dioses de tu especie. Ya te imagino allí, Perímetro, a tus anchas, haciendo gala sustantiva de tu nombre, encerrado a cal canto para nunca más salir. Ay, Perímetro, piénsalo, que nombre propio no eres, por más sustantivo y latino que te creas,  ¡confínate allí!, en el Olimpo, a dar rienda suelta a tus humores y deja en paz de una vez a los que sólo somos simples mortales. Y si tal sitio no fuese de tú agrado, por el mucho folletín, me atrevo a ofrecerme otra alternativa, a ver qué te parece: ¿Por qué no tas con Hades al infierno?

jueves, 15 de octubre de 2020

Machismos y mariquitas de péplum.

 

La misma esquizofrenia que padecen algunos gais que militan en el partido que históricamente se opuso a cualquier avance de la sociedad —divorcio, aborto, matrimonio gay…— parecen sufrirla algunos periodistas cuando enarbolan la bandera de lo políticamente correcto y son machistas sin siquiera percatarse.

Para el primer caso, el de los políticos, me viene a la cabeza el poco ejemplar Maroto, un gay que ora y labora en un partido que se  opuso a su matrimonio, y al de cualquiera de su condición sexual, y al que imagino cubriendo el cupo de homosexual-pepero en condición de mariquita asociado siempre al servicio del péplum de su partido.

Del segundo caso de esquizofrenia, o diarrea mental, que también pudiera ser, se han  encargado de dar ejemplo los periodistas esta última semana. Concretamente, los periodistas deportivos. Pues, fueron ellos, los que cayendo en la más burda de las crónicas, los que propalaron la falsa  información de que el tenista Nadal, con 20 títulos a sus espaldas, junto con Federer, eran las personas que más Grand Slam habían ganado en la historia del tenis.

Y es falso; y lo es por una sencilla razón: porque las mujeres también existen y tienen el mismo derecho a estar en la lista por derecho propio.

Así que, la lista, si lista quiere ser, es la que sigue:

1ª Margaret Court (24).

2ª Serena Williams (23).

3ª Steffi Graf (22)

4º Nadal y Federer (20).

¿Lo tenéis clarinete?

Pues eso, a seguir haciendo crónicas poco rigurosas y a seguir militando en partidos que, de tan modernos, del péplum y la fanfarria no pasan.

 

domingo, 30 de agosto de 2020

El "fachapobre".

 

Hablo del animal tonto por antonomasia; del que cuando dice digo dice Diego y  tontería a troche y moche, sin descanso, sin desmayo; del que adorna la muñeca de rojo y gualda y su pechito con enorme caballito cuando no cocodrilito, del género más cucudrulo, por supuesto; del que es falso, a toda hora y en todo sitio; del que es bobo incluso de género; del que no tiene arreglo, mire como se mire, y desciende del mono franquista; hablo de ese, del que si no es tonto al menos lo parece; del que siente devoción por sentar un rico a su mesa, por alimentarlo, cuidarlo y engordarlo como si cerdo fuera cuando cerdo es; del que disculpa al que le roba, traiciona y huye con el botín; del que no tiene arreglo, de tan disfuncional como demuestra ser;  hablo de esa peste, de esa lacra, empeñada en retornar a la Edad Media cuando no directamente a la Caverna; hablo de esos, que cada vez son más y más populosos y populistas; hablo de esos estira meñiques que olvidaron que ayer eran pobres y hoy se ven ricos; hablo de esos, de los que no son tuertos, aunque lo parezcan.

jueves, 27 de agosto de 2020

El campeón (y hay tantos).


 

Arduo es esforzarse por estar siempre en la cresta de la ola. Ser un tío chachi no es fácil. Caer en la cuenta de que tanto esfuerzo ha sido en vano es igual a dar de  bruces con la triste realidad.

Me asusté, al pensar siquiera que nunca había sido chachi y que por tanto nunca llegaría a guay. Si ya no lo conseguí antes, cuando un pendiente me puse y deje crecer mí lacio pelo, cómo lo voy a conseguir ahora. A mí edad. Me vi perdido. La vida entera se me iba por el sumidero y yo contemplándome el ombligo sin hacer otra cosa más que cavilar. Pero, de repente, una idea se me vino a la cabeza, y si hago un corta y pega; y dicho y hecho. Transido de nueva dicha, salí a la calle, tal cual loco fuera, con mi melena al aire, que de ilusiones también se vive, y el pendiente brillando al sol, tal como imagino que harán los que se creen víctimas de alguna revolución, y puse proa al almacén erigido en las afueras en loor de deportistas. Cuando di llegado, a golpe de clic comprobé el parné. Después fue cuando entré. Dispuesto a invertir, que no gastar, un pastizal. La salud es lo que tiene. Equipado a conciencia, sin echar en falta detalle alguno, me sentí impaciente por probar todo lo comprado. Ya me estaba viendo, haciéndome selfis a mansalva con los que alimentar a las bestias de las redes sociales, ya me veía saliendo a la calle ocho me gustas después a probar la bicicleta. Ojo, importante, no te olvides ajustar la inteligencia artificial a la muñeca, hablo del cronógrafo, el cardiógrafo y toda la recua de ógrafos necesarios, antes de ponerte en marcha. Y después, apartaos hombres del 600, la carretera nacional es mía.

Así fue como me reinventé, y seguí siendo un tío chachi. Me temo que, si Dios no lo remedia, cualquier día de estos llego a guay.

 

martes, 25 de agosto de 2020

Bonjour tristesse.

 

Pues nada, que no lo encuentro, y volar no vuela, ni camina, ni piernas o patas tiene; así que, ¿dónde está?, porque en algún lado, obvio es, tiene que estar. Después de un rato, de revolver todo lo que revuelto puede ser, me acordé. De ella, de la que espero que en paz esté, o sea, de la que fue mi suegra, y de que a ella lo mismo le ocurría. Más a menudo, eso sí. Y miré y revolví y encontré, claro es. Allí estaba, dónde no debía, el dichoso cuchillo patatero. Casi al fondo de la bolsa. De la basura hablo, que de mí memoria mejor ni hablar. Y me puse triste. Dos minutos creo que duró el episodio; de la tristeza hablo, por supuesto, que lo del cuchillo algo más sí que duró.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Mentiras piadosas.

 

Últimamente empiezo a ojear El País casi por el final. Dicha patología lleva ocurriéndome por lo menos tres semanas. Cursa tal que así. Primero la curiosidad, ¿lo habrán vuelto a hacer? ¿Conocerá ésta gente la vergüenza? Una vez muerto el gato (¿la curiosidad no mató al gato?), compruebo dos cosas: que lo han vuelto a hacer y que, efectivamente, son unos desvergonzados; y claro, paso a la segunda cosa que me ocurre: al estupor; que si no doy crédito, que si hay que ver… O sea, estupor. Estupor ante lo que me gusta perder el tiempo hablando como si a alguien le interesara lo que digo, como si fuera yo el que decidiera lo que se cuelga y lo se deja de colgar en tan afamada plataforma como viene siendo El País; claro, para cuando llego al final de la diatriba, y ya he aceptado lo inaceptable y he decido seguir con el ojeo de esa perdiz llamada periódico, acabo alegrándome por el dicente de tan cacareada frase. Manuel Jabois, culpa tendrá el pobre rapaz. Me refiero a esa frase que llevan los de su club de fans colgando desde hace por lo menos tres semanas y que al parecer debió decir el menda un día que se puso lerenda: “Ante el folio en blanco encuentro algo parecido a la felicidad”. Reitero del verbo reiterar, tres semanas de matraca llevan. Colgada tienen la frase cual jamón fuera. Y hasta ahí voy cada mañana, a verla, en peregrinación. Quiero asistir al milagro de la curación de la frase-jamón.

Persistí hasta que me acordé del otro, de su fina ironía  y del humor que se gastaba y de cómo se tomaba la vida y la profesión. Otro paisano fue aquél y de los grandes además; maestro de muchos y sibarita del todo. Y disculpé las dos mentiras que obvias son: felicidad y folio, considerando que andará promocionando algún quehacer o quizá siendo víctima de sus propios promotores. Borrón y cuenta nueva, pues; al fin y al cabo, el creador de la mentira bífida, también fue prologuista de nuestro común paisano y escribiente celebrado en aquel libro que por ilustrativo título lleva Mis páginas mejores. De Julio Camba hablo; y como entre paisanos andamos, el bífido elocuente, don Julio y éste humilde servidor, o sea yo, pelillos sean a la mar.

De todas formas, en desagravio de parida tan parida y quedando a la espera de remedio que alivie patología tan pertinaz como es el ojeo de periódico (periódico en gallego se dice “Mentireiro” según mi antes estilista, el señor Rumbo), opté por la sonrisa:

“DENTRO DE TRES MIL seiscientos setenta y siete años, un hombre se dirigirá a los otros con estas palabras terribles:

    Señores, se acabó el carbón.

Y el auditorio, entonces, se quedará helado” (Julio Camba).

Pues eso, que acabó el carbón (¡dónde va!) y empezó la promoción.

Abono para iluminados.

 

Si bien poco, o más bien nada esperaba de los políticos del PP (los olmos nunca dieron peras), sí que esperaba algo del PSOE. Sin embargo, mis esperanzas fueron pagadas por las mentiras de los primeros y por el cinismo de los segundos.

Y digo mentiras en el caso del PP, porque ésta gente no sólo es capaz de defender lo imposible (siempre que de pleito rico se trate, por supuesto), sino que incluso son capaces de llegar al extremo de negar la evidencia. Y claro, así no se puede. No hay manera.

Por su parte, los cínicos del PSOE (y conste que me refiero a sus más altos cargos), se comportan al igual que los funambulistas. Siempre en el alambre. El caso más sangrante de su cinismo, que no el único, es declararse partido republicano (en los estatutos escrito lo tienen) y luego defender a la monarquía. Y así llevan 40 años. Tocando los timbales.

Y conste que lo de la Monarquía, en el caso del PSOE, es sólo la punta del iceberg. También podría hablar de la opaca Ley de la Transparencia, de los sueldos aprobados en la época de Felipe González para los ex presidentes, de la corrupción sistémica (han tenido  tanta, o más, que el PP), del grupo paramilitar llamado Gal que montaron o administraron… En fin, que podríamos rememorar aquí La Historia interminable, aunque en esta ocasión versión rosa capullo.

Llevamos 40 años conviviendo con mentirosos y cínicos. Estamos tan acostumbrados a que nos mientan que ni si quiera nos damos cuenta de cuándo lo hacen. Tampoco nos damos cuenta, por lo que se ve, de la tupida red que han tejido y hasta dónde han llegado.

Tan exagerada es la cosa, que la separación de poderes se antoja una ilusión, una sombra, una ficción; y se ve nítidamente cuando las cosas llegan ante el altísimo supremo (que le zurzan a las mayúsculas que no se las merecen), porque nunca pasa nada; y es que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

 

domingo, 9 de agosto de 2020

Palmas en Las Palmas.

 

Todo el mundo sabe que, según el protocolo, si la reina de Inglaterra y yo nos encontrásemos en un ascensor sería ella la que me tendría que ceder el paso al estar yo más titulado que ella.

Soy príncipe de trompicayo, duque pilonero, marqués de ofertas, conde y míster alcampo, barón de mercadona e hidalgo majadero. Además, atendiendo a mí divisa Sobre todo educación y buenos alimentos, ceder el paso a Sabela tan principal sería de obligado cumplimiento. Lo de la zancadilla pudiera ser. También tengo el bachillerato, que se me olvidaba, y me gusta el roncanrol.

Pese a títulos tan apabullantes ni me doy ínfulas ni reclamo derecho a pernada alguna. Demasiados desclasados hay ya poniendo guiones entre sus apellidos, haciéndose los giliguays.

Por eso no me extrañó que ayer, cuando estaba leyendo Mi familia y otros animales de Gerald Durrel, me llamase él. Lo reconocí a la primera; su voz gangosa, su campechanía y su buen humor delatan hasta al más vulgar del huido campechano. Me dijo “Vente “pa” Abu Dabi, Luis Germán”

Y cogí y fui.

Cuando llegué a la modesta pensión en la que se aloja, un siete estrellas de tres al cuarto y más hortera que un programa de las Campos, me presentó a sus Corinas. Las tiene numeradas por versículos. Según me dijo una era la encargada de las pastillas, otra de los masajes y las demás se ocupaban de la realidad virtual. Después nos fuimos al desierto a practicar la cetrería. Allí entre las dunas se sinceró. Me informó de que estaba muy arrepentido, insistió en que no volvería a suceder y me dijo que su niño, don preparadito y marido in pectore de recauchutados la asturiana, le había obligado a escribir 100 veces  Ay, qué risa, se acabó la sisa.

Y así anda él, rumiando penas por pensiones de mala muerte, deseoso de volver y arrodillarse en la mezquita de Santa Sofía suplicando perdón para seguir dando por… Bueno, ya sabéis, que éste hombre por el griego conocida es su afición.

Implora, pues, que escuche España su aflicción y agradece que los palmeros sigan dando palmas en Las Palmas.

 

jueves, 6 de agosto de 2020

Un agujero negro llamado Borbón.


Según la física las estrellas viven en base a dos razones. La primera es por las explosiones nucleares que se producen en su interior, y la segunda por la Ley de la Gravedad. Pero como la energía es limitada, y las explosiones tienden a decrecer, cuando éstas desaparecen totalmente, la estrella es poseída por la gravedad y ésta acaba succionándola hasta convertirla en un agujero negro. 

Por decirlo de una forma gráfica: a la estrella le pasa lo mismo que a un globo cuando se deshincha.

Pues bien, con Emérito ha pasado lo mismo que con muchas estrellas, ya se ha extinguido. Se ha convertido en un agujero negro.

Conclusión: dejemos que actúe la Ley de la Gravedad y la buena estrella de los Borbones se desinflará al igual que lo hacen los globos.

miércoles, 5 de agosto de 2020

División de opiniones.


Mientras algunos periodistas siguen perfeccionando el estilo palmero y practicando el estilo lamida de ojete del emérito con fruición de pitiminí, con dinero de empresarios y banqueros, los ciudadanos estarán debidamente desinformados, defenderán causas perdidas con afán de abogados de pleitos ricos y negaran la evidencia hasta la extenuación.

Me temo que cualquier día los periodistas desempolvarán el dogma de fe como verdad absoluta, y absolutamente segura sobre la cual no cabe duda alguna, y acabaremos instalados otra vez en el porque lo  digo yo y punto. Siempre democráticamente, claro; que Hitler ganó así las elecciones, y que España inventó el campo de concentración allá por Cuba cuando los gallegos teníamos categoría de esclavos.

Aún lo somos, aunque de otra manera: unos pobres esclavos de nosotros mismos.  

Sin embargo, a mí, la historieta del real emérito me recordó una anécdota que Hemingway  contó en una ocasión a John Huston:

Un matador volvía a su hotel después de una tarde desastrosa. Le habían arrojado todas las almohadillas y botellas de la plaza. Al llegar al hotel con su picador, el director le preguntó “¿Qué tal fue la corrida?”. El matador respondió: “Hubo división de opiniones”. El picador dijo: “Sí, hubo división de opiniones. Unos querían cagarse en su padre y otros querían cagarse en su madre”.

Pues eso, que la serpiente de verano está servida. Y que conste que yo no soy antimonárquico, que no soy anti nada, soy republicano y la cosa es bien distinta.

  

domingo, 2 de agosto de 2020

Fondo de reptiles.


Si dijera que el tan cacareado periodismo de investigación no existe la mayoría de vosotros me acusaría de mentiroso, de conspiranoico o de sabe Dios qué. Sin embargo, me ratifico en lo escrito: el periodismo de investigación no existe.

Veréis, la cosa funciona tal que así:

A la redacción de un periódico llega una información que dice Fulanito de Tal es un mangante. A partir de ahí, el periódico hace gestiones, que no investigaciones, ¿quién es Fulanito de Tal, a qué dedica su tiempo libre, es un ladrón? Sabidas esas cosas y demás demases, si es que ya no las sabían antes, el periódico, o sea, los mandamases, tiran para adelante que son de Alicante, o echan el freno Magdaleno. Porque, claro, si Fulano de Tal es uno de los nuestros, nos paga y mantiene, qué vamos a investigar.

Pero, puede ser peor. Si Fulano de Tal es alguien “protegido”, obligatorio es callar. Actúan sólo si Fulano de Tal es un desgraciado caído en desgracia, si hay plácet o si no queda otro remedio. En todo caso, actúan siempre por el bien mayor (el de ellos) y siempre  para protegerse.

Entonces, es cuando sale un tipo apellidado Peñafiel, un viejo botarate, y dice lo obvio: los árabes cuando dan dinero lo hacen siempre como donación. Son empresarios españoles los que están detrás de las presuntas comisiones cobradas por emérito, el Fulano de Tal de este momento.

El viejo botarate se refiere a los Villar Mir, a los Albertos… Se refiere a los de siempre.

Pero, ¿de dónde sale entonces el chivatazo sobre tan emérito Fulano de Tal?

Veréis, amiguitos, según cuenta en su libro El Director, David Jiménez, ex director del periódico El Mundo, los chivatazos siempre proceden del mismo sitio: de las cloacas del Estado. Ese es el periodismo de investigación. ¿Y quiénes son las cloacas? Pues, depende: puede ser algún cuerpo de seguridad, policía, guardia civil…, o puede ser algo más complicado y farragoso. Más difícil de entender, porque entender el por qué un cuerpo de  información del Estado practica  la desinformación es tarea que se escapa a mí magín.

Así que, creed en lo que os dé la gana, que el catálogo es amplio, pero que sepáis que eso del periodismo de investigación no es otra cosa que el cuento de la buena pipa del periodismo.

miércoles, 29 de julio de 2020

Pitagoreando.


Me informa Google que el gallego Javier Barral Lijó logró el pasado domingo la impresionante hazaña de batir el récord español de memorización de decimales del número pi, con unos impresionantes 15.469 dígitos que recitó ante una cámara durante dos horas y media.

Por tanto, y esto ya no lo dice Google sino yo, se confirma lo que decía Rafael  Moreno Sánchez “Lagartijo”, hombre vestido de luces y lumbrera ocasional: “Hay gente pa tó”.

Efectivamente, porque mira que se pueden hacer y memorizar cosas. El catálogo se antoja más infinito que el de los decimales del tal pi.  Pero…

Sin embargo, conviene matizar: el récord sólo es válido en España. O sea, os aclaro por si andáis dudando: hay alguien por ahí  fuera que todavía memoriza más.

Y más, y más y mucho, muchísimo más.

Como es natural recordé aquel cuento de Borges de título ilustrativo “Funes el memorioso”, y me pregunté si Barral no sería Funes. Para salir de dudas, se lo pregunté a Google —no haber empezado, coño, que se me dispara el magín—, y  ante  mi asombro Alexia, o como se llame la pava que contesta, quedó muda. Volví a insistir poniendo énfasis en los diptongos y Alexia en evidente estado de gracia decidió salirse por la tangente:

¿Quieres que te cuente un chiste?

Pues eso, me hago un Alexia o copio y pego por utilizar su terminología, y digo que no me había reído tanto desde el día que me enteré de que el Emérito de la España de los españoles tenía UNA máquina de contar billetes. ¿UNA?, Emérito, por favor, modernízate, llama a Barral, quédate con los decimales y devuelve lo demás. Hazlo por el rosario de tu madre, pi…llastre. 

martes, 28 de julio de 2020

Lannister y Borbones.


Si por algo destacaba la serie Juego de Tronos era por sus escenas de sexo, por el desparpajo con el que los guionistas mataban a los personajes y por la divisa extraoficial de una de las familias de ringorrango, los Lannister. Aquella que rezaba: “Un Lannister siempre paga sus deudas”.

Fue un éxito, un fenómeno sociológico; pero después de una última temporada mediocre y un último capítulo lamentable, se murió. Pese a todo, no os preocupéis lo adictos, todo llegará, llegará tiempo de secuela, de precuela y madre que los parió.

Pues, oye, qué casualidad, con los Borbones, otra dinastía feudal que los españoles importaron en el siglo XVIII de las francias más francesas pasa lo mismo pero al revés. También hay sexo a mansalva; eso incluye cuernos, amantes e hijos ilegítimos a tutiplén; también se mueren los personajes, tiros, veneno, de forma  accidentalmente accidentada; pero al contrario que sus homónimos de la ficción, ellos nunca pagan sus deudas. Es más lo tienen por divisa campechana: “Los Borbones nunca pagamos nuestras deudas, coño. Se sienten”.

Y hacen bien, porque según la vigente legislación española, los Borbones no están sometidos a las leyes terrenales sino a las divinas. De facto pueden hacer lo que les salga de los cataplines. Tal magnanimidad la consiguieron sin siquiera ser originarios de la española España.

Por tanto, hay que sufrirlos de la misma manera que sufrimos a la almorrana llamada  Agencia Tributaria, y por mucho que nos dé dentera verlos restaurados por tercera vez a cuenta de los mismos infames que después desprecian a los inmigrantes y después los importan como reyes. Y todo gracias al gracioso general ferrolano, al exageradísimo carnicerito.

Pero como el tocino alimenta más que la velocidad, los socialistas de pesebre que nos gobiernan muestran su apoyo a gente de ínfulas tan feudales sin siquiera deshojar un solo pétalo de su capullo. Defienden la institución y a tan ilustres  invasores, y convierten al jefe de la tribu en inviolable. Consienten y amparan que esta monarquía de inmigrantes haga de atrezo del Estado y okupe la más alta jefatura del Estado. ¡Viva Francia!

A cambio, los Borbones agradecidos se hacen fotos, balbucean discursos escritos por los amanuenses de guardia y reparten estampitas a diestro y siniestro entre  sus fieles.

Es así, y si no me crees,  te exhorto a que lo compruebes por ti mismo. Te darás cuenta, a poco que pienses, que esta serie, los Borbones, serie en la que nunca hubo capítulo bueno, ahora es lamentable, anacrónica y cara, propia de esta España de carotas que padecemos.

 

 

lunes, 27 de julio de 2020

Las flechas del amor.


Imagino que habréis leído o hablado de lo que le está pasando a emérito, y que por consiguiente sabéis de que lo acusan, ¿de qué lo acusan?, aunque creo que es “de nada”, y que como eso todavía no está tipificado en el Código Penal, pues no pasará nada. Todo se quedará en libelo, según las autoproclamadas buenas gentes defensoras del inviolable follador. Así que, emérito es bueno y campechano y hombre que tanto antes cuando era rey o después cuando llegó emérito, se puso en tu lugar y robó por ti. ¿Qué más se le puede pedir a personaje tan principal? Se sacrifica y roba por España. Una Grande y Libre. Qué pasa, ¿tú no lo harías? ¿No robarías si España te lo consintiese? Porque, yo sí. Tengo vocación de servicio. No es por presumir, pero a mí lado Alí Babá  de aprendiz no pasaría. Pero, lo tengo que decir, a mí más que lo de mangar lo que me habría gustado es haber sido novio de Emérito. ¡Cáspita, que no! Lo iba a tener como un jaspe, con su  bandera del Japón en el culo. Además, tampoco me habría venido mal jubilarme con el famoso Plan de Pensiones La Zarzuela. De alto rendimiento. Con su tanto por ciento por felación interanual y todo. No le falta de nada. Incluso te regalan una máquina de contar billetes. Pero, genuflexiones aparte, lo que queda meridiano es la gran empatía que siente Emérito, y que comparto al cien por cien, por las cachondas sean las usufructuarias rubias, morenas o pelirrojas. Discriminación no, gracias. No me extraña que el vulgo que comparte su afición lo admire y lo premie, y que consienta que cada vez que toque el Euromillones en Españistán sea él el agraciado. Merecido, que digo merecido, ¡merecidísimo lo tiene! Qué suerte tenemos de gozar de emérito tan suertudo, y de que el muy Bribón disponga de una Fortuna de mil pares de eslora. Sin embargo, lo que no sabéis, y yo os voy a contar, es quién está detrás de todos los infundios que la canallesca de la prensa difunde contra él: Cupido. Tal como os lo digo, Cupido. El dios del amor no soporta a don emérito y se defiende acusándolo ante el Tribunal de la Competencia de disparar flechas del amor cargadas de millones de euros con la banderita de Españistán de adorno y de competencia desleal.

 

 

miércoles, 22 de julio de 2020

Con dos dedos de frente por bandera.


Es incomprensible el odio visceral que suscita Pablo Iglesias entre alguna gente. Tampoco es comprensible que porque sí se le llame sinvergüenzas a los miembros del gobierno y que en el mismo párrafo se defienda al señor Emérito con pasión. Al parecer, entre los que practican el desbarre se ha puesto de moda la irrealidad. Porque, o es eso o es que viven en un mundo paralelo.

Porque, vamos a ver, aclaradme: ¿al Coletas lo acusan de algo? ¿Entonces, a cuento de qué viene tanto desbarre?

Alabar a Emérito cuando se sabe que ha cobrado, o que le han pagado, que es lo mismo, comisiones de forma ilícita e ilegal y que encima ha cometido delito fiscal continuado al llevarse el dinero a paraísos fiscales, a alguna gente, por lo que se ve, le parece de lo más normal.

(Ojo, y no hablo ni juzgo el comportamiento personal de Emérito ni el papelón de su Irreal familia compartiendo actos, viajes y mandangas con sus queridas y con los niños de Campechano cantando  palmas, palmitas que viene papá, que ellos sabrán.)

Pues, todo lo anterior, lo de alabar al Emérito, el disculparlo y al tiempo odiar visceralmente a Pablo Iglesias e insultar a diestro y siniestro a todo quisqui que no piense como ellos, es a lo que se dedica la folclórica España aficionada a la vida en blanco y negro.

Quizá si le pusieran subtítulos a esta película chusca que sufrimos algunos la entenderían porque con las imágenes que ven el magín no les alcanza para tamaño esfuerzo; y que conste que lo digo en la presunción de que los insultadores supieran leer. Cosa, por lo que se ve, harto dudosa.

Claro que una cosa es saber y otra bien distinta entender. Mientras tanto: “Emérito, bueno; Coletas, cabrón” 

¿Por qué? Porque lo dicen ellos y punto pelota.

 

lunes, 20 de julio de 2020

Emérito del estraperlo


En su todavía época de rey, el que después sería proclamado Emérito de Campechano practicaba el estraperlo por valija diplomática por los aeropuertos de España. Importaba, según nos cuentan ahora los antes mudos periodistas, billetes a mansalva para los gastos personales de su irreal familia. Lo hacía desde su condición de inviolable y gozando de la connivencia de las más altas autoridades del Estado español.

Actualmente, descubierto el pastel, nadie sabe qué hacer con personaje tan casquivano. No saben si despojarle del título de Emérito, si exiliarlo con las mama chichos o si confinarlo en una finca en el Caribe a la espera de que  le dé un parraque.

Pero, lo importante sigue sin ser dilucidado. El PSOE, ése partido republicano, se opone sistemáticamente a cualquier investigación que afecte a la monarquía, y los gobiernos de España, todos los que hasta ahora nos han desgobernado, siguen dando cobertura a la Institución más inútil de España. Del PP mejor ni hablar, total para qué, de Cayetanas, marquesas de la Genuflexión,  anda el país a rebosar.

Sin embargo, convendría preguntarse algunas cosas:

Primero, ¿por qué ahora, si ya se sabía antes? ¿Por qué son los periodistas y los periódicos más mendaces, los supuestamente más "fachas", los que más mueven el asunto? Y la pregunta madre de todas las preguntas, ¿a quién habrá pisado los callos Emérito para que los mismos desaprensivos que antes lo lisonjeaban ahora arremetan furibundos contra él?

Porque, reitero, lo que ahora sale con luz y taquígrafos, se sabía antes. Es más, se saben cosas peores sobre las que nuestras autoridades incompetentes han preferido correr un tupido velo. 

Por ejemplo, el asunto 23 F. 

Resumiendo, el Caso Emérito va para largo. Lo único que tengo claro de toda esta historieta es que la campaña Oídos Sordos se ha puesto en marcha. Consiste básicamente en lo de siempre. Se resume con unas pocas frases: “yo no sabía nada”, “no recuerdo nada” “no me consta”. Aquí nunca nadie sabe, ni le consta nada.

Lo vimos con la hija pequeña de Emérito, la casada con Urdangarín, que de la otra Idiota y Mantenida de España mejor ni hablar, cuando dijo que no sabía nada como argumento defensivo y un galante fiscal  con la inestimable ayuda de la Agencia Tributaria la libraron de la cárcel; o con su hijo, el actual Rey, don Preparado, que renuncia a una herencia antes de tiempo, en un acto que después los muditos de la prensa propalaron hasta la extenuación como si tal cosa fuera relevante, posible o siquiera creíble. 

 

 

 

martes, 7 de julio de 2020

Okupas.


Os lo digo de verdad, si hay algo que no entiendo es la historia de los okupas. Menudos desparrames que tiene la legalidad.

A ver si lo he entendido:

¿Viene alguien, cambia la cerradura de tu puerta, se mete en tu casa y al invasor no eres capaz de echarlo ni aunque llames a los GEOS? ¿Es así o exagero?

Pero, ¡en qué mundo vivimos! ¿Qué milonga es ésa que nos venden basada, supuestamente, en el sacrosanto derecho a la propiedad privada, si a la hora de la verdad resulta que es mentira? Porque, por lo que se ve, el okupa tiene tantos derechos sobre tu casa como tú.

Como es natural me hice okupa y okupé mi casa a modo de entrenamiento.

Después llamé para quejarme al ayuntamiento, a la policía nacional, a la local, a la guardia civil, al presidente de la diputación, a la presidenta de la comunidad de propietarios, al de la Xunta y nadie me atendió, ellos también estaban ocupados.

Inasequible al desaliento envié más cartas denunciando mi caso al Defensor del Pueblo, al de aquí, al mesetario y al de Extremadura, por si acaso; al Ministro de Vivienda, al Presidente del Tribunal de Galicia, al del Supremo, al Presidente del Gobierno, al Presidente del Comité de Árbitros y al Presidente del Toisón de Oro. Lo mismo, ninguno contestó.

Desesperado traté de contactar con el rey y  me dijeron que había salido, que estaba haciendo la vuelta a España en Mercedes grabando la nueva temporada de Verano Azul. Me informaron que en la nueva versión hace de Chanquete y de que canta el No nos moverán con Letizia al acordeón y las niñas haciendo coros al tiempo que todos nos tocan los timbales.  

Y claro, como una vez  que finalizas la fase de becario de okupa quieres profesionalizarte y prosperar, okupé la casa del Rey. Total, a ellos que más les da si cuando vuelvan de hacerle el rodaje al Mercedes tienen pensado irse de vacaciones a la vuelta ciclista a Botsuana.

Así que, amiga, amigo, si quieres disfrutar de nuevas experiencias y vivir a cuerpo regalado, ya lo sabes: ¡hazte okupa!

Vivirás como un rey, nuestro Santo Patrón. El primigenio entre todos los Okupas.

 

 

 

lunes, 6 de julio de 2020

El rey pasmado.


El otro día me desperté con el antojo de ser rey. Pensé en los cuatro de la baraja, por aquello de inspirarme, y elegí al de copas como modelo de referencia. Al levantarme ya tenía mi nuevo rol interiorizado. Llamé presto al valet para que me ayudara a vestirme y no acudió nadie. Qué mal está el servicio, coño. Contrariado me enfundé en mis reales bermudas, me puse las sandalias, una camiseta y me tiré (así, para empezar) a la calle. Sin desayunar, a lo loco. Localicé el coche, un Seat Gipsy, le puse el banderín de mi Real Casa y arranqué. Cáspita, me dije redicho, hoy toca hacer turismo. Rescaté a Lady Parrochita de su almena de papeles y al grito de vamos por ahí, nos tiramos a la bartola. Pero como la cabra tira el monte, el Seat Gipsy con banderín nos llevó a las Tres Mil Viviendas, un barrio de las afueras. Maldito coche desclasado. Nos bajamos, claro. Saludamos a los aborígenes, así de lejos, para no molestar, nos hicimos unos selfis y nos metimos otra vez al buga. Una vez a bordo le dije a mi reina que  pusiera el aire acondicionado, y lo puso: agitó el abanico. Refrigerado por sus pestañas llegamos al restorán. A 40 grados la cascaban a la sombra. ¡Cojonudo! Una temperatura ideal para zamparse una de callos. Tomamos dos. Una cada uno, en modo dispendio, que para algo somos reyes, recarámbanos. Todavía regurgitando decidimos irnos a dormir la siesta a la sombra de los pinos. Despertamos a las 5 o`clock, sorbimos el té estirando el meñique como marcan los cánones y decidimos ir a una heladería. Lady Parrochita solicitó un tutti frutti y yo pedí un granizado de Octopussy a party. Cuando terminamos, con la miel todavía en los labios, retornamos al Gipsy. Pusimos proa a con la música a otra parte. Dejamos atrás a palmas y palmeros y regresamos a nuestra Real Casa, y creo que fue en ese momento cuando me di cuenta que no estaba preparado para tan alto cargo, que los títulos que me habían regalado no compensaban tamaño esfuerzo y tomé la decisión de hacerme Campechano. Fue por vuestra culpa, por vuestra real culpa. 

Si no me creéis, doy un golpe.

 

sábado, 4 de julio de 2020

4 de julio.

https://youtu.be/-dhYrcOqiNI

Hoy festividad de San Pueblerino el presidente Tram, de los Posos de toda la vida, convocó una fiestuqui para  agasajar a los paletos que lo votaron. Lo hizo en el monte Rushmore para enfadado de los indios. A su fiestuqui no invitó a su homólogo ruso Putón ni al chino que tienen en la China a los mandos del aparato y que atiende por el jugoso nombre de Chu Le Ton. También excusó su presencia el rey de Arabia Saudí  alegando que tenía clase de Chacinería y que no se la podía saltar. Primero es el trabajo y después la devoción. La clase “Como sacarle los menudillos a un periodista y que todo el mundo te ría la gracia” se antoja demasiado letal como para dejarla inconclusa. Tampoco acudió el nazi judío de Israel a la jarana. Argumentó que matar palestinos es un estrés que le deja poco tiempo para viajar de lo ocupado que está. Y de España, tampoco pudo ir nadie. Felipe Sexto, el continuador de la saga de los Camilos, no pudo porque el evento lo pilló haciendo la vuelta a España en Mercedes, y claro como va maillot amarillo, pues no era plan. Y el presidente de la ínsula Barataria todavía menos. “Bastante tiene con lo que tiene” dijo un filtrador enseñando, off the record, un envase clínico (500 pastillas para los no versados) de somníferos a los palanganeros presentes. Total, que una vez cabreados los indios, y cuando los paletos estuvieron bolingas de cervezas y tuvieron el bandullo lleno de hamburguesas, el presidente Tram, asombró una vez más a los presentes haciendo su famosa imitación de Chiquito de la Calzada. Cuentan que algunos se quedaron de piedra.

 

 


Votaré a...


En las próximas elecciones a la Xunta de Galicia votaré al BNG, y lo haré por  tres razones:

Primera, porque ya va siendo hora de que el futuro de los gallegos lo decidamos los gallegos y no los buenos colonos gallegos que son PP, PSOE, y demás partidos que se presentan, porque todos ellos dependen de las decisiones que toman sus dirigentes en Madrid.

Segunda, porque como no puede ser de otra manera, los que mejor conocemos los problemas y las soluciones que nuestro país, Galicia, necesita somos los gallegos, pero no el gallego que acepta su rol de buen colono y defiende las decisiones que toman en la capital del reino para nosotros, sino los que vivimos y trabajamos aquí y estamos orgullosos de nuestro país.

Y tercera, porque Galicia es una nación dotada de idioma e idiosincrasia propia, que cuenta con gente preparada capaz de sustituir con éxito a esos obedientes colonos que nos han gobernado toda la vida, sin llevarnos a ninguna  parte.

Por todo eso, y por mucho más, eu votarei BNG.

Xa abonda, chegou a hora de facer país, fagámolo entre todos!

 

 

 

jueves, 2 de julio de 2020

En nombre de la verdad.


La verdad, al igual que el nombre de Dios, no se debería de mentar en vano, y menos todavía sin demostración científica de que exista ninguna de las dos cosas.

Porque, pongamos como nos pongamos, no sabemos si existe la verdad o siquiera existe Dios. A ver, no hablo de lo que uno piensa o de lo que uno crea, que es otra industria; tampoco hablo de los convencidos de que la verdad es la suya, de esos que dicen “mi verdad” y después se quedan tan anchos. No, no hablo de esos porque no tengo necesidad. Lo que digo es otra cosa,  digo que la verdad no existe. Ni la tuya, ni la mía, ni la de nadie, ni siquiera la del Espíritu Santo. Lo que existe es el depende, y además hasta la exageración.

En otro orden de cosas cabría preguntarse entonces ¿para qué sirve la verdad? ¿Para incomodar, para denunciar, para presumir, para ir de casto, de puro, de cátaro, de pepito grillo, para tener razón? ¿Para qué?  Que alguien lo explique, por  favor, porque a mí la verdad me confunde.

Me confunden los que creen estar en posesión de la verdad, y me confunden por una razón: porque siempre es “su” verdad. No la objetiva, que no existe, sino la particular o la de terceros o la que adaptamos a nuestros deseos, a nuestras querencias o a nuestras necesidades.

Damos por bueno que si alguien, de nuestra cuerda, nos dice algo, nos lo dice de verdad. Por supuesto, faltaría más. Además, si tenemos en cuenta otros parámetros incluso puede ser que tengan razón.

Pongo un ejemplo:

No es lo mismo que millones de personas estén de acuerdo en una verdad, que una minoría sostenga que la verdad no existe. Y no lo es por esa ley ácrata que dice que la verdad, caso de existir, es innecesaria y siempre prescindible.

Ojito, estoy hablando de la ley  de la acracia que en su primer enunciado sostiene: “Señores, coman mierda. Un millón de moscas no se pueden equivocar”.

Así que, amigos Sanchos, amigos de la verdad, de aquí y de allí, elegid la verdad que más os convenga, pero no tratéis de convencerme de “vuestra” verdad fijando vuestras pupilas azules en mis pupilas marrones no fuere a ser que un millón de moscas acudan confundidas a cargarse en la puñetera verdad.

 

 

miércoles, 1 de julio de 2020

Los reyes en la Villa Olímpica.


Disculpad el lenguaje, pero uno de los mayores hijos de puta de la historia, un tipo sádico y cruel, causante de uno de los mayores genocidios de la historia, fue Leopoldo II de Bélgica.

Ése cabrón tan insigne, dueño en la Costa Azul de la villa más lujosa del mundo en aquellos momentos, tenía además de a sus tres queridas oficiales, un pigmeo como animal de compañía al que exhibía con orgullo de feliz propietario a sus visitas.

Pues bien, ahora el actual rey de Bélgica pide disculpas por el genocidio de su antecesor y pelillos a la mar.

Y claro, como una cosa no tiene que ver con la otra, a mi cabeza acudió la imagen de los actuales reyes de España visitando en Sevilla la famosa barriada de las tres mil viviendas, también conocida por Villa Olímpica.

El irreal matrimonio se apeó de su recién estrenado Mercedes, ése que la prensa nos cuenta que costó más de medio millón de euros, un pelín menos que la luna de miel que supuestamente pagó emérito y un amigo a pachas, y que en realidad pagamos tú y yo, nosotros, vosotros y ellos, y se dieron un garbeo guardando las pertinentes distancias sociales; y así, entre despliegue de fastos, fanfarrias y alharacas saludaron moviendo sus manitas a los aborígenes allí congregados.

Como se tiene por natural, los visitados se mostraron encantados con tan irreales visitantes. Aplaudían los muy pigmeos, y les pedían, imploraban y gritaban, que se acercaran, pero ellos, nada, a lo suyo. No se acercaron, ni por un momento, no fueran a contaminarse.  

Después, como no, volvieron a subirse al flamante Mercedes, el chófer los llevó a saludar a otras partes, y atrás dejaron a los pigmeos compuestos y en chándal, sin siquiera medallita olímpica, pero con la colección de cromos actualizada de tan irreal Casa.

lunes, 29 de junio de 2020

"Fodechinchos" políticos e insultadores.


Imaginaos, si sois capaces, que sois negros, que estáis en el Regal Theatre de Chicago rodeados de gente de vuestra raza viendo, escuchando, como B.B. King graba uno de los mejores discos de blues de la historia, y que, de repente, un rostro pálido sube al escenario, se hace con el micrófono y dice: “B. B. King es racista”.

¿Qué sucedería?

Es posible que un “negrata” bien colocado, y que conste que no me estoy refiriendo a su empleo, dijera “amén”, es probable que la mayoría guardara silencio conteniendo las ganas de callar la boca del rostro pálido con una buena somanta de palos y también es probable que una vez cometida la infamia, al rostro pálido se le dejara bajar del escenario y marcharse tranquilamente.

Pues bien, eso mismo fue lo que pasó el otro día en Galicia.

Vino un señor, disculpad la exageración, al que vamos a llamar Hortera-Smith, un rostro  pálido tan alto como tonto parece, amartilló su lengua y disparó: “Castelao es un racista”, y excepto los otros rostros pálidos del PP, que estos sí que están bien colocados en empleítos y mamandurrias, que callaron o le rieron la gracia, la mayoría de negros dejó salir a rostro pálido de ésta nuestra comunidad sin siquiera aplaudir la cara de semejante botarate.

¿Y sabéis por qué? Porque estos rostros pálidos dicen sus estupideces, provocan e insultan, rodeados de los cuerpos de seguridad del Estado que pagamos los insultados para protegerlos, que si no quería ver yo a estos chulitos descerebrados atreverse a decir las cosas que dicen.

Así cualquiera, “mangallones”. Protegidos por papás policías es como cometéis vuestros abusos, que si no…

Y me pregunto, ¿cuándo los negros, el 95% de la sociedad, nos levantaremos contra estos rostros pálidos y los pondremos en su sitio?

Pues eso, que no os perdáis ésa pequeña joya del blues. Otro “pasote”, pero este de los buenos.