En su todavía época de
rey, el que después sería proclamado Emérito de Campechano practicaba el
estraperlo por valija diplomática por los aeropuertos de España. Importaba,
según nos cuentan ahora los antes mudos periodistas, billetes a mansalva para
los gastos personales de su irreal familia. Lo hacía desde su condición de
inviolable y gozando de la connivencia de las más altas autoridades del Estado
español.
Actualmente,
descubierto el pastel, nadie sabe qué hacer con personaje tan casquivano. No saben si despojarle del título de Emérito, si exiliarlo con las mama chichos
o si confinarlo en una finca en el Caribe a la espera de que le dé un parraque.
Pero, lo importante
sigue sin ser dilucidado. El PSOE, ése partido republicano, se opone
sistemáticamente a cualquier investigación que afecte a la monarquía, y los
gobiernos de España, todos los que hasta ahora nos han desgobernado, siguen dando cobertura a la
Institución más inútil de España. Del PP mejor ni hablar, total para qué, de
Cayetanas, marquesas de la Genuflexión, anda el país a rebosar.
Sin embargo, convendría
preguntarse algunas cosas:
Primero, ¿por qué ahora,
si ya se sabía antes? ¿Por qué son los periodistas y los periódicos más
mendaces, los supuestamente más "fachas", los que más mueven el asunto? Y la pregunta madre de todas las
preguntas, ¿a quién habrá pisado los callos Emérito para que los mismos desaprensivos que antes lo lisonjeaban ahora arremetan furibundos contra él?
Porque, reitero, lo que ahora sale con luz y taquígrafos, se sabía antes. Es más, se saben cosas peores sobre las que nuestras autoridades incompetentes han preferido correr un tupido velo.
Por ejemplo, el
asunto 23 F.
Resumiendo, el Caso
Emérito va para largo. Lo único que tengo claro de toda esta historieta es que la campaña Oídos Sordos se ha puesto en marcha. Consiste básicamente en lo de siempre. Se resume con unas pocas frases: “yo no sabía nada”, “no recuerdo nada” “no
me consta”. Aquí nunca nadie sabe, ni le consta nada.
Lo vimos con la hija pequeña de Emérito, la casada con Urdangarín, que de la otra Idiota y Mantenida de España mejor ni hablar, cuando dijo que no sabía nada como argumento defensivo y un galante fiscal con la inestimable ayuda de la Agencia Tributaria la libraron de la cárcel; o con su hijo, el actual Rey, don Preparado, que renuncia a una herencia antes de tiempo, en un acto que después los muditos de la prensa propalaron hasta la extenuación como si tal cosa fuera relevante, posible o siquiera creíble.
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