Me informa Google que el
gallego Javier Barral Lijó logró el pasado domingo la impresionante hazaña de
batir el récord español de memorización de decimales del número pi, con unos
impresionantes 15.469 dígitos que recitó ante una cámara durante dos horas y
media.
Por tanto, y esto ya no
lo dice Google sino yo, se confirma lo que decía Rafael Moreno Sánchez “Lagartijo”, hombre vestido de
luces y lumbrera ocasional: “Hay gente pa
tó”.
Efectivamente, porque
mira que se pueden hacer y memorizar cosas. El catálogo se antoja más infinito
que el de los decimales del tal pi. Pero…
Sin embargo, conviene
matizar: el récord sólo es válido en España. O sea, os aclaro por si andáis dudando:
hay alguien por ahí fuera que todavía
memoriza más.
Y más, y más y mucho,
muchísimo más.
Como es natural recordé
aquel cuento de Borges de título ilustrativo “Funes el memorioso”, y me pregunté si Barral no sería Funes. Para
salir de dudas, se lo pregunté a Google —no haber empezado, coño, que se me dispara
el magín—, y ante mi asombro Alexia, o como se llame la pava
que contesta, quedó muda. Volví a insistir poniendo énfasis en los diptongos y
Alexia en evidente estado de gracia decidió salirse por la tangente:
¿Quieres
que te cuente un chiste?
Pues eso, me hago un
Alexia o copio y pego por utilizar su terminología, y digo que no me había
reído tanto desde el día que me enteré de que el Emérito de la España de los
españoles tenía UNA máquina de contar billetes. ¿UNA?, Emérito, por favor,
modernízate, llama a Barral, quédate con los decimales y devuelve lo demás.
Hazlo por el rosario de tu madre, pi…llastre.
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