La cantidad de cosas
que no entiendo cada vez es más grande y más larga.
Una de ellas, incomprensible
donde las haya, es la manía que tiene el que gobierna, gobierne donde gobierne
y sea quien sea el gobernante, de dar dinero a la prensa. Y no hablo de
subvenciones, no. Hablo de regalar dinero a las empresas de comunicación.
Podría entender
semejante práctica si los capitostes de la prensa después devolvieran algo de
lo que reciben. Pero el problema es que no devuelven nada, que se lo quedan
todo sin dar nada a cambio. La prueba la
tenéis en las noticias capadas que, por
su relevancia, deberían ser de acceso público y por las que tienes que pagar o
suscribirte si las quieres leer.
Gratis no dan nada, no
te dejan leer nada medianamente importante. Irrelevancias, lo de la
maltratadora niña de Rociíto o lo del padre que los fundó a todos, sí. La
mierda es de libre acceso. Hasta el empacho. Pero si quieres leer algo de
interés público entonces tienes que apoquinar.
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