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martes, 1 de junio de 2021

Alto esto es un atraco.


 

En Galicia la vergüenza la sufrimos en forma de atraco. La variante popular del escarnio que sufrimos está en la autopista, la AP 9 que vertebra casi todo nuestro país, aunque no todo. Si vas por la autopista, ¡y quién no ha ido!, estás informado que de A Coruña a Tui vas a ser atracado cuatro veces por cámaras o por personas apostadas en cabinas. Importe de ida: 19,80. A la vuelta, otro tanto. Dicen que van a poner un sistema de bonificaciones, ¿el cuento de la buena pipa?, cuando lo que tenían que hacer era bajar sustancialmente el precio y acabar con el atraco. Pero, no. El caso es enredar. Lo importante es prometer y después hacer lo que pone la letra pequeña. Lo importante es mentir y que el sufrido consumidor consienta.

La verdad, me siento engañado. Engañado por no poder esperar nada de la derecha. Engañado porque la  izquierda promete y después siempre encuentra excusa para incumplir lo prometido. Llevamos así toda la vida, y nosotros los consumidores consintiendo que nos engañen. Somos unos gilipollas, unos de hecho, otros  por elección. No sé cuál de los dos será peor.

Por supuesto, del AVE ni hablo. Canela fina es el tema. ¡Menudo peliculón! ¿Recuerdan ustedes cuando el ministro de fomento dijo que el AVE se inauguraría en el año 92? Pues sucedió. Y no sólo una o dos veces, a tutiplén. Aquel ministro se llamaba Abel Caballero, hoy en día empleado de iluminado olívico, y nada ahí continúa tan campante, haciendo el chorras diciendo chorradas. Eso por no hablar de los medidas de seguridad de segunda categoría puestas en el AVE que no es AVE, que propiciaron la muerte de 100 personas en Angrois y para el que no se encontraron responsables políticos (Pepiño Blanco) sustanciando la desvergüenza echándole la culpa al maquinista y a un tipo que sacaron de no se sabe muy bien dónde…

En fin, vergüenza  y escarnio igual a lo de siempre.

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