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lunes, 14 de junio de 2021

Ayuso, Presidenta, Influencer y botijera.


 

Antes de  disfrutar del agua fresquita de un botijo, conviene hacerle un pequeño tratamiento de curación y echarle un chorrito de anís, de ginebra o de güisqui.

A gusto del consumidor.

Sin embargo, a los políticos como no son botijos no se les sanea.

El ejemplo lo tienen en la Presidenta de la Comunidad de Madrid, en Isabel Díaz Ayuso, abandera de las declaraciones botijo, con frases olor a mierda y a barro. Qué fenómeno, la verdad. Qué capacidad tiene para tirotearse en los pies y salir indemne de la balasera. Y si no, Venezuela o Irán. Lo que toque. Cuánto prodigio.

Pero la culpa no es sólo de ella. No. La culpa también es del que, confundido entre culo y témpora, votó a Ayuso pensando estar ante una política sin caer en la cuenta que votaba a una Influencer. Maestra en morritos, mentirosa, chabacana y siempre al filo de la vergüenza ajena. Quizá la confundieran con una intelectual, quién sabe. Hay mucho exagerado en la viña del Señor. Lo cierto es que, doña Isabel Díaz Ayuso es excelentísima señora y tú no (Por cierto, ¿en España hay alguien que no sea excelentísimo o Presidente de algo?). Es una excelentísima Influencer. De hecho, estamos ante la primera Influencer en alcanzar tan altas cotas, ante una botijera de gran magnitud.

De lo otro, de lo del Rey, y de todo el rollo ese, la verdad, si yo fuera Felipe Uve Palito estaría preocupado porque gente así me defendiera. Pero, como no soy monárquico sino republicano, ¡Viva Isabel Díaz Ayuso!, que viva, viva.  Presidenta e Influencer. Botijo marca España. Hace ella más por la República que todos los republicanos del PSOE.

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