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miércoles, 7 de julio de 2021

Cobardes, delincuentes y fascistas.


 

Parece increíble que pese al acceso que tenemos a la educación y a las supuestas bondades de la globalización, cada vez más ciudadanos opten por perpetuar su ignorancia y acentuar su integrismo.

Pero es cierto.

Las personas que confunden opinión con sentencia cada vez son más. Los hechos, los resultando y los considerando, les son indiferentes a la hora de emitir opinión, que sentencia apresurada es. No se confundan. El insulto es algo propio de fascistas, de integristas, de retrógrados de toda laya y condición. De gentes convencidas que “su” verdad es la verdad y que no admiten argumentación contraria a sus intereses. Hablar con este tipo de gente, lo que se dice tratar de razonar, es tarea estéril. Baladí siempre. Ganas de perder el tiempo.

Viene todo lo anterior a cuenta de la muerte de Samuel, el chico al que mataron el otro día en A Coruña de forma vil y rastrera unos cobardes mal nacidos, y de algún comentario que leí en la red y que me asustó por la vomitivo, mendaz y torticero de la interpretación de los hechos que en él se hacía.

Copio y pego:

Se tanto abonda..., deixar de meter musulmans no noso país...remataremos como Samuel e as mulleres peor cas cabras....ignorantes!!!

Eso no es libertad de expresión, eso es odio. Y según quién fuere el interprete, delito.

No hay más. 

Una persona capaz de escribir esa barbaridad, a las pocas horas del asesinato, cuando todavía no había detenidos, es una persona que confunde opinión con sentencia. Integrista, cobarde y racista. 

Hay una gran proliferación de hienas de dos patas.  Mirad el censo. Hay datos.

 

 

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