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jueves, 20 de mayo de 2021

Cuatro plumas.


 

Cuando el general Federico Gómez de Salazar recibió un sobre anónimo con cuatro plumas en su interior, símbolo universal de la cobardía universal, el remitente equivocó el destinatario. El receptor tendría que haber sido el rey, por entonces Jefe de Estado interino (Franco agonizaba), y no el general.

De aquella huida, de la felonía que fue abandonar a ciudadanos con DNI español a su suerte vienen los actuales lodos.

El primo de nuestro monarca, jerga habitual utilizada entre estos dos fantoches, se aprovechó la bisoñez de su primo, y de las debilidades de un régimen en el que los mandamases andaban ocupados en su futuro, para rebañar un territorio en el que España había hecho ingentes inversiones y hasta hoy o mejor dicho hasta hace  unos meses en que los yanquis les han abierto nuevas posibilidades.

La administración Trump (Biden es más de lo mismo, pero con buen rollito), admitió los derechos de Marruecos sobre el Sahara Occidental y de paso le regaló al monarca alauí tres mil millones de dólares con la excusa de inversiones en empresas estratégicas que, casualmente, son de propiedad del monarca.

Y claro, cuando las cosas te las ponen tan a huevo sólo falta encontrar una espoleta para activar una situación.

Anda dame más, paisa.

La ocasión llegó cuando España acogió al líder del Frente Polisario, ciudadano nacido con DNI español, en su territorio por razones humanitarias y lo internó en un hospital de Logroño con documentación falsa facilitada por el CNI.

Y así andamos. Entre barre y desbarre.

Casado reuniéndose con dirigentes de partidos marroquís que reclaman Ceuta y Mella,  Abascal desplazándose a Ceuta no a hacer  la mili, sino a ver vallas y seguir contando mentiras tralará y nuestro rey diciendo que llamará al otro rey, al que supongo primo segundo, si Sánchez se lo pide.

 

 

 

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