A ver, coleguis, un
poco de seriedad. Me estáis decepcionando. Haced el favor de retomar vuestros
momentos de esplendor y demostrad lo que valéis, que es verano. Ánimo, que no
lo voy a hacer yo todo. Porque, yo sigo. Sigo subiendo al Caralibro
fotitos de mis viajecitos por la
periferia y haciéndome el guay sin llegar a chachi. Y vosotros, qué. A qué
estáis esperando, que os veo muy relajados. Que sepáis, que ardo en deseos de
ver fotitos vuestras hechas en hermosos paisajes y con vuestros pies en primer
plano. Manual de estilo, sí señor. Ya sabéis, hablo de la típica foto playera
en la una persona retrata el mundo Dios mediante sus pies. Las echo de menos, quedaban
muy lucidas. O esas otras en las que llevabais
algún objeto around de world, un peluche, el rosario de vuestra madre o algo que
os había dado algún sobrino para que os hicierais fotos de lo más hermosas allá
por doquier; o las fotos de paparotas,
muy comentadas allá por Biafra; o las de sentidos reencuentros familiares en las
que en las sombras destellan el filo de las navajas; o esos impagables memes en
los que dais gracias a Dios, a la Virgen o al santo de vuestra devoción por
haber superado una mala enfermedad en vez de dársela a la sanidad pública que
os queda más a mano… No sé, echo de menos ver este tipo de fotos, echo de menos
la eclosión de la crisálida, echo de menos los aplausos en los balcones. Claro
que, a lo peor tengo yo la culpa. Sí, porque tengo que reconocer que hay días
que me levanto nazi, estalinista o bucanero y me pongo a fumigar el Caralibro
sin compasión, y claro, pasado el arrebato os echo de menos, amebas de mis
entretelas. Ahora estoy en la duda. No sé qué será peor, si ver todo lo
anteriormente descrito o abrir el Caralibro y encontrarte con la pandilla
habitual de educaditos dándote los buenos días, las buenas noches o las buenas
algo. No sé. Por si acaso, y como hace mucho tiempo que no lo hago, tengo que
acordarme de hacer una foto la próxima vez que vaya a la playa de mis picassianos
pies. Porque, como bien decía Forrest, tonto es el que hace tonterías. Y a mí,
a chorras, no me gana ni everybody.
Buenos días, buenas
tardes, buenas noches.
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