Carta al alcalde de Culleredo.

Excelentísimo alcalde:

Te hago saber que desde hace unos años para aquí vivo en lo que viene siendo la raia entre el ayuntamiento  de A Coruña y el de Culleredo, que he vivido en otros sitios y que nunca había  visto cosa igual como lo de este ayuntamiento que tú gestionas, Culleredo.

Sí, querido alcalde, vivir aquí es para personas curtidas, habituadas a ver profanadas sus sacrosantas partes y con tendencia a tomarse el mundo a guasa. Aunque quizá me precipite y no sea tuya la culpa, sino de algún concejal malandrín que te tiene atado de pies y manos.

Sea de quien sea la culpa, toma nota, por favor:

El Centro Cívico está cerrado, ¿lo sabías? Lleva así desde ni me acuerdo.

El voladizo que pusisteis de techo sobre el parque infantil y la zona de calistenia, y que voló al primer temporal, ahí sigue: tirado y vallado. La cosa ya va para  dos años; así que, no será porque no haya habido tiempo.

Cabría preguntarse, ¿qué pasa, no tenéis presupuesto, estáis esperando a que se mate alguien, qué pasa? Vale, entiendo que los niños no jueguen o que los ancianos no tengan donde darle al naipe te la trae floja. Eso sí, el cartelito que has puesto en el que se anuncia la remodelación del Centro Cívico cerrado, y  que apenas tiene tres años de existencia (dos cerrado), hay que reconocer que queda muy bonito en medio de tanta basura. Hace juego con el “coloutro” de gel hidroalcohólico que pusiste, y que tuvo gel el primer día y nunca más.

Así que dime, excelentísimo y respetabilísimo alcalde, ¿si te llamo incapaz, estoy  exagerando o te estoy describiendo?

Disculpa, no quisiera yo dirigirme yo a tamaña vuecencia, que trato de excelencia tiene, con malos modos o con falta de consideración. No, por favor. Pero, podrías decirme a qué está esperando para  hacer algo. Algo más, me refiero.

Rogándote que me disculpes ante su familia (diles que no es nada personal que haya días en los que me cisque en tu excelentísima madre), salude usted a sus sufridos votantes de mis partes.