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viernes, 29 de mayo de 2020

Errores no forzados.


Si aprender a vivir con el despropósito político parece ser la nueva asignatura impuesta por el panorama político del mundo mundial, nuestros mandamases patrios, expertos en copiar y pegar con mimetismo exagerado, parecen afanados en elevar el listón del despropósito y practican la tontería a troche y moche en sus comparecencias.

Y como cada día tiene su afán  no hay día sin tontería ni afán para tanto ganapán. Así, con la altura de miras de los enanos —y que me  disculpen las personas de crecimiento restringido, que de ellos tampoco fue la culpa— nuestros políticos se retroalimentan a sí mismos con pienso de improperio.

Mientras tanto, nosotros asistimos a las “dejadas” que se hacen unos y otros, dándose aire, alimentado minutos de telediario y ensayando caras de asombro.

“¿Te has enterado de lo que le dijo Fulanita a Menganito?” “No fastidies, ¿y tú oíste lo que le contestó Menganito a Zutanito?

Y así todo el día, creciendo las leguminosas en el bancal. O, por seguir con el símil de las “dejadas” y del tenis, caer en los llamados errores no forzados.

Una avalancha de la que no nos damos librado. ¡Qué peste!

Y lo peor es que son ellos mismos los que propalan este virus. Virus en el que, al parecer, caen encantados como buenos/as rabaneros/as ante un insulto.

Así, en medio de trifulcas de medio pelo que no vienen al caso, andamos los ciudadanos que vivimos en este país de países: conviviendo o al menos esforzándonos en ello. Tratando de hacer soportable el día a día, mientras vemos que nuestros prebostes, cainitas y farragosos ellos, siguen empeñados en sacarse las legañas los unos a los otros por el absurdo método de meter el dedo en ojo ajeno.

Aunque, ¿por qué no prueban a meterse el dedito por el culo y a olérselo después?  Venga, campeones. Ánimo. Recordad que sois mortales y que oléis mal, cuándo os daréis cuenta.

 

 

martes, 26 de mayo de 2020

Gente de chichinabo.


Es curioso, pero estamos en una situación en la que tanto puede ser buena una cosa como su contraria. Estamos, por si no lo sabes, en prueba/error. Por tanto, la cosa puede ir bien, mal o por la calle de en medio. Cualquiera sabe.

Asumido esto, también conviene no hacer ni caso a los que siempre saben lo que va a suceder. O lo que es lo mismo, no hagáis ni caso a los profetas, a los augures ni a los videntes de lo pasado. Estad atentos.

Pero, si tienes problemas para identificarlos recuerda que si escuchas decir a alguien la frase “ya lo decía yo” o su variante personalizada “ya te lo decía yo” querrá decir, sin lugar a dudas, que estás en presencia de un/a idiota.

Recuerda que el/la idiota cursó virología y epidemiología durante el confinamiento. Por tanto, es más listo incluso que Pablo Casado que necesito el doble de tiempo para hacer media carrera. Recuerda, también, que estás en presencia de alguien que habla con la propiedad que da el desconocimiento y que gozas de la compañía de un fulanito o fulanita de cerebro unicelular.

Pero si, pese a todo, encontraras dificultades para  distinguir a estas joyitas tendentes a alucinar con la verdad y a distorsionarla a su antojo, siempre puedes tirar de los elementos iconográficos en boga para proceder a su reconocimiento.

Por ejemplo, si ves a un tipo o tipa diciendo solemnes tonterías envuelto en la bandera de España no hagas nada: quédate quieto y ponte tapones en los oídos, si puedes, o huye despavorido de la filípica que estos ñoños practican.

Al fin y al cabo, ni siquiera tu trompa de Eustaquio está para escuchar la hartura de sandeces que dicen. Ni la tuya ni la de nadie, porque mira que decir que con Franco se vivía mejor. ¡Qué epidemia!

Yo creo que, si Franco levantara la cabeza no se creería que hubiera  tanto tonto diciendo tantas tonterías.

¡Qué se le va a pedir a la chusma que admira a un asesino!

 

 

 

domingo, 17 de mayo de 2020

IDA, Isabel Díaz Ayuso.


Con respecto a Isabel Díaz Ayuso —IDA— manejo  dos teorías y una posibilidad. La primera teoría, es que nunca nadie hizo mejor uso de su acrónimo. Lo parece en grado extremo, IDA. La segunda teoría, sin embargo, incide más en el lado tontuno del personaje, porque si  no es loca por las cosas que hace debe serlo por las tontunas que dice.

Y mira que el listón estaba alto en la comunidad madrileña, que si Esperanza Aguirre, que si el filón de mamandurrios apandadores que acompañaba a tan preclara marquesa,  que si una cleptómana… Pues nada, fue llegar la mozuela IDA de rebote a la poltrona y dejar a los anteriores a la altura del  betún en diciendo tonterías.

También existe la posibilidad de que IDA en algunas ocasiones diga la verdad: que se llama Isabel Díaz Ayuso, que es madrileña y que es presidenta in pectore de su corrala. Esas tres cosas se dan por verdaderas. Porque, para todo lo demás, o miente como una bellaca o como una loca. A elegir: abierto queda el debate. En todo caso, IDA es un fenómeno de la comunicación: yo le veo un futuro prometedor como monologuista en El Club de la Comedia. Mimbres no le faltan a la pepera, pirada-presidenta.

 

 

 

martes, 12 de mayo de 2020

Cómo me hice un Twitter.


Desde que en abril me hice un Twitter, estoy flipando. Asombrado por la cantidad de escritores, sobre todo novelistas, que hay. Todos sin abuela, buenísimos; fecundos, 30 años, 30 novelas y todos publicitándose —yo también hago lo mío— descaradamente en búsqueda de reconocimiento, dinero y gloria — y, que conste, que yo esto lo último ni lo busco ni lo espero por razones obvias, mi hija se llama Gloria y que lo que espero es desconfinamarme de tanta gloria—.

Además, yo soy un escritor maldito, al que le fastidia el “malditismo”, ¿eso es cuando te duele la garganta, no? Ir a contracorriente y escribir lo que me sale de las anginas es lo mío. Lo hago sin el menor esfuerzo, como nadie me hace caso… Es lo que llevo ganado. Lo digo de verdad, aunque nadie se lo crea.

Para que os hagáis una idea: yo soy de esos tipos que si tuvieran que ir por un premio enviaría a su cuenta corriente. Y si me lo domiciliaran, más reconocido quedaría. Palabrita del niño Luis Germán. Pero como sé que sois más incrédulos que Santo Tomás os voy a contar algo a ver si os lo demuestro empíricamente:

Una amiga me envió la dirección de una editorial especializada en publicar a autores nóveles recomendándome que les enviara algo. Le hice caso, soy bien mandado y envié algo. Al cabo de mes y medio me llamó un señor interesado en publicar lo que le había enviado. Pero, primero de nada, me pidió que le rellenara una encuesta. Cuando hube terminado, empezó a sondearme: que si usaba las redes sociales, que si tal hablaba en público, que si conocía a mucha gente, que si… A los cinco minutos, harto ya de la perorata del tipo que aspiraba a convertirse en mi señorito y viendo que no ofrecía nada más que inconcreciones, lo corté en seco con ese don natural que tengo para  el corta y pega, le agradecí su interés, le pedí disculpas por haberle hecho perder el tiempo y puse fin a la conversación. No me despedí con un  ¡vengaciao!, porque soy un tipo que sabe contenerse, que si no… ¡Mecagonsoria, qué rabia le cogí al tipo!

Y así fue, queridas amigas y queridos amigos —marchando una de lenguaje inclusivo— como después de renunciar al reconocimiento, al dinero y a la gloria me hice un Twitter y me encontré con otra pandemia: la de los escritores aficionados. Peor que el covid-19, aunque menos letal.

 

lunes, 11 de mayo de 2020

Palabra de Feijóo.


Como no veo programas en los que entrevistan a actores de cine mudo, ni intelectuales, ni empresarios de éxito, ayer me perdí la entrevista que Periodista Évole hizo a Ciudadano Dorado.

Pese a todo, sé lo que dijo el intelectual, empresario y actor de cine mudo que es Dorado: nada.

También estoy informado, porque vi los cebos previos a la entrevista, que Dorado se quejó amargamente de la amistad perdida con su otrora buen amigo Feijóo. No entendía cómo podía ser posible que, habiéndole hecho su propia el desayuno a él y a su novia, después lo negara más veces que San Pedro negó a Jesucristo.

Imagino que despejar el porqué de ese interrogante flotaría en el aire el resto de la entrevista.Y como la mejor manera de encontrar respuesta a una pregunta es empatizar con el personaje, me puse en la piel del que después llegaría a presidente de la tribu de los gallegos, Albertiño Feijóo.

Lleno de repelús, inmediatamente me di cuenta de  lo difícil y duro que fue, para el bueno de  Bertiño, tener que comportarse como un vulgar Judas de la amistad. Porque, si hay una decisión difícil, ésa es tener que elegir entre un amigo y tú carrera política. Y Bertiño, ahora lo sé, no eligió la que quería, que conste, mas le hubiera gustado elegir otra, eligió la que más le convenía, que es bien distinto. Al fin y al cabo, pensó como el gran hombre de Estado que quería ser, “quién soy yo para privar a los gallegos, y tal vez a los españoles, de mi sabiduría, de mi liderazgo y de mi videncia política, ¿quién?”

Así que, no fue por ambición, no, fue por responsabilidad por lo que Alberto Feijóo se sacrificó y traicionó a su amigo Marcial Dorado.

Vamos, hablando en plata, que por él hubieran seguido dándole al “peta” y escuchando el pasodoble de Marcial, eres el más grande. Marcial, eres el mejor… Pero, por Galicia y por España, ¡cualquier cosa, coño! Palabra de líder, te lo dice Feijóo. Con acento en la primera O.

 

 

 

  

 

 

domingo, 10 de mayo de 2020

Pedos y eructos versus virus.


Fernando Simón, o si lo preferís Simon Templar, alias El Santo, virólogo y candidato a santo, actualmente en fase de beato, le ha confirmado en rueda de prensa a los votantes de Vox que, si bien los pedos no transmiten el covid 19, los de Abascal, al traer mensaje, son altamente transmisores del virus.
Después, presa del buen rollismo que lo posee, se dirigió directamente a los militantes peperos y les confirmó lo que ya muchos sospechaban. Les dijo que con los eructos pasaba lo mismo que con los pedos, no transmiten el virus, pero que como los de máster Casado salían con virutillas de su boca eran altamente peligrosos.
Terminó Fernando Simón su intervención dirigiéndose a los nacionalistas en general y a los de las 17 comunidades autónomas en particular, y les aseguró que, si bien limpiarse el culo todos los días con la bandera de su elección no era una medida eficaz de profilaxis contra  la covid 19, sí lo era contra la tontería.
Aseguran las crónicas escritas al dictado de Cacatúa Escupidora, esponsorizadas por Ibex 35 y avaladas por felón Aznar, que don Fernando abandonó la sala silbando por lo bajini una canción de Radio Futura titulada “Eres tonto Simón” mientras movía los rizos al compás.


viernes, 8 de mayo de 2020

La viñeta (variaciones).


  Salía el otro día de la abarrotada playa de Mera, cuando escuché la conversación que mantenía una pareja.
     ¿Y por qué todos estos —decía una mujer refiriéndose a los mesetarios o “fodechinchos” como se les llama aquí— no se irán a Benidorm?
  Contestó el hombre que la acompañaba:
    Convive, Maricarmen, convive.
Como es natural, recordé del chiste de Luis Dávila que acababa de ver esa misma mañana y que tan bien definía nuestro carácter. Porque los gallegos, por un lado somos combativos y reivindicativos; y por el otro, mansos a más no poder.
 Luis Dávila, evidentemente, es un genio. Alguien capaz de resumir  en una viñeta nuestro carácter, por fuerza, debe serlo. Aunque, también es verdad que los gallegos, somos muy parecidos a los demás. Por un lado, complacientes; por el otro, protestones.
Y, claro, ya puestos en berenjenales, empecé a comprender a la turista inglesa que fue a Benidorm y se quejó de la cantidad de españoles que había en su hotel. No me extraña. Empaticé con ella al recordar que a mí me pasa lo mismo cada vez que voy a Londres. Pues, no hay viaje que no me queje de la cantidad de ingleses que allí hay. Y siempre me pregunto lo mismo: ¡por qué no se irán todos estos a Benidorm! Pajaritos  por aquí, pajaritos por allí…





jueves, 7 de mayo de 2020

Palabra de idiota.


Se subió al púlpito vestido como para una boda, duchado y perfumado, sin embargo, cuando empezó a hablar me di cuenta de que era un cerdo lo que veía escupiendo mierda por la boca.
Reconozco que no era la primera vez que veía hablar a un cerdo, aunque sí la primera que oía hablar a éste gorrino en concreto. Qué fenómeno. Un cerdo parlante que, por lo que decía, parecía recién fugado de un psiquiátrico, y por lo que se veía, había huido vestido como para una boda.
Sin embargo, lo más extraño es que este cerdo tiene una piara de seguidores. Gentes, que presumen de personas, que manifiestan cabreo desde que se les murió el exageradísimo general que fue Franco, y que, afectados ellos,  ponen velas a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles, rogando por su próximo advenimiento reencarnado en cerdo mamandurrio vestido de boda.
Aducen que, con Franco se vivía mejor, y constato yo que nivel de cojones; dicen que había libertad, sol a todas horas y libertad para ir a todas partes…, y digo yo que sí, que al cine a Perpiñán a  ver testas, a la vendimia, o ir a la cárcel no estaba prohibido. Y todo ello, por supuesto, sin caer en libertinajes bolivarianos como ahora en los que un cerdo puede decir cerdadas sin que pase nada. Además, nunca como antes hubo tanta libertad de pensamiento ni lució la piel de toro que es España tan bajo palio. Ni de broma, vamos, ni por obra, ni por omisión se puede comparar lo de ahora con lo de antes.  
Y fue así, recordando las bondades del antiguo régimen, qué tiempos, el Dúo Dinámico, las suecas, Alfredo Landa, Gracita Morales, la Casa de los Martínez, Cesta y Puntos, los grises dando hostias, cuando recordé que intentar convencer a un idiota de que es un idiota es tarea de idiota máxime si el 

idiota, además de idiota, es cerdo y loco.


martes, 5 de mayo de 2020

Buitreo político.


Sólo un mártir o un tonto es capaz de anteponer patria o dinero a vida. Porque, que se sepa, sin vida no hay esperanza.
Por tanto, creo que mal harían los dirigentes del PP, con su máster regalado a la cabeza, si no recapacitaran y eligieran distinguirse de los fascistas de Vox, de esos que anteponen siempre dinero a lo demás sin tener en cuenta siquiera a las personas, si no quieren acabar siendo como ellos: fascistas.
En la misma tesitura parecen andar los nacionalistas empeñados en anteponer patria a vida, y a quienes osaría recomendar que no olviden la diferencia entre urgente e importante; porque, por muy urgente que sea tener patria, más importante es tener vida.
En todo caso, tanto unos como otros, recordad que siempre podéis hacer constar en acta que si votáis Sí lo hacéis por responsabilidad o por patriotismo, por lo que queráis. 

A Deo gracias, tenéis dónde elegir.




domingo, 3 de mayo de 2020

Los "fodechinchos".


Mantienen los sastrecillos valientes de casino, que si Félix Rodríguez de la Fuente levantara la cabeza dedicaría un programa al estudio del madrileño como animal ibérico por antonomasia.
Yo, que soy del club, que hago un traje y pongo apodo al primero que pasa, ya me estoy imaginando como podría comenzar Félix su programa sobre dicha fauna.
“El madrileño es un animal de aluvión llegado de todos los lugares de la piel de toro, para repoblar ese enorme secarral al que luego dieron por llamar Madrid. Pasa gran parte del año en cautividad, pero en cuanto tiene dos días libres, se desplaza. Cualquier sitio le es propicio, lo importante es molestar. Se distinguen fácilmente entre los demás turistas por ser lo más vocingleros, maleducados y marisabidillos. Porque, ellos  son de la capital y tú no. Tú, en el mejor de los casos, no eres más que un vulgar provinciano o un cateto pueblerino. De ahí no pasas. No obstante, ser creído, engolado y bicho más que sobrado, ignora que su presencia provoca risa cuando no directamente lástima. En Galicia, los aborígenes, conocen al madrileño común por el nombre de “fodechincho”, y los consideran tan invasores y depredadores como los eucaliptos que San Fray Rosendo Salvado se trajo de Australia cuando mejor hubiera sido los metiera por el culo.
En definitiva, amiguitas y amiguitos, llegados aquí, cabría preguntarse si son o no son los madrileños una plaga más de la que hablaban los periodistas de la Biblia. Sobre todo, teniendo en cuenta que en Galicia cada vez consideran al madrileño dañino como una plaga de langostas”.
Pero como en todas partes cuecen habas, cuando el común de los gallegos se desplaza a Portugal suele adoptar el mismo vulgar comportamiento de los “fodechinchos” mesetarios que los visitaron a ellos.
Así que, por lo que se ve, “fodechinchos” haylos en todas partes y casino en cualquier  aldea.




sábado, 2 de mayo de 2020

Es el mercado, amigo.


   Hoy he aprendido el significado de On line. Veréis, hoy me levanté curioso y para saciar la sed de sabiduría pregunté en el híper, en el que compro habitualmente, si me cobraban algo por hacer la compra on line (más que nada por no participar de un Ifema cada vez que voy, porque vamos), y me contestaron que por supuesto, que cobraban tres euros por hacerla y seis por entregarla. Así que, amigas y amigos, actualizad vuestro traductor: On line significa Atraco. ¿O acaso un 18% de comisión por 50 € de compra no os parece un On line?