Buscar este blog

lunes, 23 de marzo de 2020

Séptimo día.


Dicen que no es momento de reproches, que es tiempo de estar unidos. Dicen que es tiempo de improvisaciones, que lo que sucede ha cogido con el paso cambiado a todo el mundo. Dicen que es tiempo de tribulación, pero que saldremos de esta. Dicen, y nos lo dicen nuestros dirigentes. Unos con más acierto y otros con menos, pero todos andan diciendo. Y todos tienen razón, y ninguno la verdad revelada, que eso no existe. A pesar de algunos, que también dicen, que también proclaman y que también lanzan soflamas al público. A ver si pescan. A río revuelto, ya se sabe, ganancia de pescadores. Y ahí, precisamente ahí, es donde parecen estar algunos, los de siempre, los políticos. De pesca. Compareciendo para no decir nada, saltándose la cuarentena el uno, olvidándose de lo que hicieron (hace bien poco) los otros, con la sanidad, con los servicios sociales, y practicando todos filosofía barata y de ocasión. Los americanos que si los chinos, los chinos que si los americanos y los rusos que si maroto el de la moto. Un no parar. Todos dando la tabarra, especulando. Todos haciéndose chúrchiles de todo a cien, de chino, y todos cursando primero de estadista. Y nosotros, como buenos párvulos, cogiendo apuntes en casita, frente al televisor, con nuestras tablets, colgados de los móviles, haciendo skypes, wasapeando como si no hubiera un mañana, dedicados a la broma, al meme, sticker, proclamando lo muchísimo que nos aburrimos, presumiendo de las veces que hemos paseado al perro, de la veces que hemos ido a la compra y de la barbaridad de hambre que tenemos. El índice “simpático que te cagas” cotiza al alza en esta bolsa de despropósitos. Y va una semana, señoras y señores, niñas y niños, atribulados todos, y el presi ya ha vuelto a salir a no decir nada; y el miércoles, al parecer, al rey, el hijo del emérito campechano, lo sacan otra vez en la tele a  decir que él también está confitado, digo confinado, pero que trabaja sin parar, con guantes y mascarilla, y que disculpen, pero que echa tanto de menos hacerse fotos y leer discursos, que de la ansiedad le ha salido un golondrino en la sobaquina que lo tiene preocupado. Por cierto, lo de que el Torra y la Ayuso se vayan a casar es un fake (que dicen los/as, la madre que nos parió a todos, bilingües). El Papa no les ha dado la dispensa. Argumenta que los hijos les saldrían tontos y que con ellos el cupo ya desborda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario