Parece ser que el
denominador común entre algunos deportistas
de élite, youtuber`s e influencer`s es su querencia por tener su domicilio
fiscal en paraísos. Los guía su inmenso amor por España y que el parné se quede
en sus bolsillos y no en el de la Agencia Tributaria que, aun siendo de todos
la disfrutan unos más que otros. Siguen el ejemplo de emérito de España, quién
harto de ser acusado en vano se deslocalizó con el parabién del Gobierno, de su
Real Casa y siendo defendido, a capa y espada, por los pobres y simples
votantes de la derecha (se incluye al PSOE) que están convencidos que
defendiendo a los mangantes prestan un servicio a su patria (patria con
minúscula, claro). Sin embargo, ni deportistas
de élite, ni youtuber`s, ni influencer`s, renuncian al uso
indiscriminado de la banderita española como arma arrojadiza. Es de imaginar
que el obispo de Urgel y el Presidente de la República Francesa, Jefes de
Estado y copríncipes que reinan, pero no gobiernan en Andorra, estarán encantados con la
llegada de muchachos tan emprendedores a
sus predios. También imagino frotándose las manos a los dueños de los colmados
andorranos ante la expectativa de que gentes tan pudientes hagan la compra
allí. Sin embargo, tampoco. Todo es una trampa, una ficción. Lo cierto es que
después, lo sabemos bien, en España no nos despegamos de estos carotas ni con agua hirviendo. Hacen sus vidas
aquí, venden sus miserias aquí y se hartan de decir a sus seguidores que España
es el mejor país del mundo para vivir. Y será verdad, no seré yo quien lo discuta dada mi
escasa experiencia, pero lo que también es verdad es que para tributar mejor
Andorra. Así que, mientras tributen en Andorra, los deportistas, los youtuber`s
y los influencer´s se pueden meter sus
discursitos, sus copitas y sus grand slam por su sacrosanto y rojo gualdo ojete.
Todo sea dicho poniendo morritos de selfi y haciendo la V con dos deditos. Ay, Jesús, ¡cuánto botarate!
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