Fue vomitivo que el Tribunal Supremo despachara a Pablo Casado, todavía Jefe de la Oposición, a propósito de su Máster, que papel higiénico es, diciendo que se lo regalaron a modo de prebenda y que después absolvieran de culpa alguna al click de Famobil.
Casado Presidente, Casado Ganadero, Casado cogió su Palita...
Es vomitivo leer que se condene a la cómplice de la Cifuentes y que la acusada la dejen irse de rositas.
Las culpas, ya se sabe, siempre se las lleva el último
mono.
Y también es vomitivo condenar
y meter en el trullo a un rapero por cantar, por decir, que el rey emérito es un ladrón,
como sabe todo el mundo, menos al parecer ellos, la calcomanía de Justicia que
sufrimos.
Al parecer, los administradores del esperpento judicial, unos días se instalan en el despropósito y otros optan por la creatividad. Recuérdese, si no, la afamadísima Doctrina Botín pergeñada y hecha ex-profeso para el hombre que nunca pisó la cárcel por grandes méritos que tuviera.
Y por si no fueran
suficientes los ejemplos de desbarres judiciales, viene ahora otro juez y hace saber
que los Franco tienen derecho a indemnización por los gastos que los "pobriños" tuvieron en el mantenimiento de ese mal llamado Pazo, que por Meirás viene quedando. Y exonerándolos, ya de paso, de realizar pago alguno por
el bien disfrutado.
Un antiemético, por favor.
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