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sábado, 15 de diciembre de 2018

El caso Abelenda.


Pronto comenzarán los prolegómenos del lanzamiento de mí nueva novela. Mi hija, como siempre, hará la foto de portada, mientras que para la contraportada (debajo de la reseña biográfica ad hoc que suelo poner) la foto elegida saldrá de algún viaje. En todo caso, puede. A estas alturas todavía no tengo nada decidido de forma definitiva. Y en enero, con la coletilla Dios mediante incluida, saldrá a la venta en Amazon mi nuevo trabajo literario.
La novela se titula El caso Abelenda, y pese a utilizar los mismos personajes (y muchos nuevos más) que la precedente, Alambique, 28, la novela actual ni es una continuación de la anterior ni tampoco tiene ínfulas de llegar a trilogía. Simplemente: es otra novela, autónoma y, como siempre, escrita para ser leída del tirón; y  si en la primera vacié el argumento hasta la exageración, como demostración de que una novela la puede escribir cualquiera, aunque no tenga nada que contar y que para ello utilizara el método del pespunte como ilación de lo prescindible, en esta nueva novela se respeta el orden cronológico de la historia y los enlaces hacen que el conjunto sea armónico, que el tempo sea ortodoxo y que, en definitiva, la historia sea todavía de más fácil lectura.
En esta nueva entrega, Faustino Abelenda, después de pasarse toda la vida sin dar un palo al agua, cae en la moda de los emprendedores y se decide a urbanizar una de sus fincas. Pero las cosas no salen como eran de prever o, en todo caso, como él esperaba. Y así, por primera vez en su vida es presa del insomnio y la ansiedad se instala en su vida a causa de los problemas  que amontona. Para aliviarse, comienza a ir a una piscina y es allí donde conoce a Amalio Noriega, un mega millonario de la construcción y uno de los hombres más ricos del mundo que le propone un quid pro quo (tú me ayudas, yo te ayudo). Es así como…
La novela, El caso Abelenda,  terminada hace casi un año y durmiendo el sueño de los justos en forma de bit en mi ordenador, se publicará, D. m, en enero en Amazon. Sólo falta que mi fotógrafa  de cabecera,  hija y sufridora, Gloria López, encuentre tiempo y realice el gran trabajo al que me tiene acostumbrado para que El caso Abelenda sólo sea parte de nuestro pasado común.
Como colofón de este post quisiera daros las gracias a todas/os, y desearos que tengáis unas Felices Fiestas y un próspero 2019.
Salud.

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