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miércoles, 26 de diciembre de 2018

De "normies", "cuñaos" y ciclones.


Tengo entendido que esta Nochebuena el plato estrella en la mesa de los “normies” fue el solomillo Wellington, aunque yo sé de una “normie” que se pasó la tarde haciendo volovanes y que cuando se lo dijo a su pandilla de “normie amigas” el cachondeo fue generalizado.
Pero os estaréis preguntando, ¿quiénes son los normies, soy yo un, una normie?
 Según las versiones más aceptadas, “normie” es una persona normal o, en su defecto, un básico. O sea, alguien común y corriente, desinteresado en la cultura y que sólo vive los ejemplos de vida que le presenta la televisión y las peores películas de Hollywood. En definitiva, los “normies” son personas normales, aburridas y poco interesantes.
También se sabe que la Nochebuena tiene el poder de aglutinar alrededor de la misma mesa a “normies” y “cuñaos”, siendo esta última especie, la de los “cuñaos” de desprecio general por la población y en especial por los “normies”, quiénes siempre anodinos se comportan como si caballeros templarios de buenos modales en la mesa fueran. Y todos sabemos (el todos incluye a los “normies”) que la tribu de los “cuñaos”, aparte de prolífica en grado sumo, también es sumamente insoportable.
Si ustedes lo piensan, lo anterior podría resumir lo que pasa en cualquier mesa de Nochebuena que se precie: la discusión. Eso y el bebercio, por supuesto. Porque si algo tienen en común “normies” y “cuñaos” es que ambas especies gozan de la misma afición de la que gozan los afamados peces del villancico y beben, y beben y vuelven a beber hasta que se arma la marimorena o el Belén, según se mire.
Sin embargo, yo, este año he hecho un descubrimiento que nada tiene que ver ni con “normies” ni con “cuñaos”, faunas ambas con las que, por cierto, no me relaciono. He descubierto por qué los ciclones tienen nombre de mujer.
Y es que este año estuvo en mi casa el día de Nochebuena Mariló.
¿Y os preguntaréis, y quién es la tal Mariló, y qué tiene que ver la tal Mariló con los ciclones? Pues, Mariló es mi prima, ¿qué pasa? Bueno, en realidad creo que es prima segunda o algo así, aunque en realidad siempre ha sido Mariló, mujer, amiga y prima ahora convertida en ciclón, el ciclón Mariló.
¡Que  tía! Disculpen que corrijo: ¡Qué prima!
Mariló está más cerca de los 90 que de los 80. De edad, me refiero. Se rompió la cadera un par de meses antes del verano y la noche de Nochebuena (redundancia máxima) subió las escaleras hasta el 4º donde habitamos mi hija y yo (sobre todo cuando estamos en casa) más rápido  que el mismísimo Usain Bolt.
Llegó, se sentó y empezó a sacar cosas de bolsas. Una hora después empezamos a cenar entre los guiños que emitían los papeles de regalo abandonados.
Mariló, convertida ya en ciclón, comió como una lima, bebió moderadamente y después ante la televisión se mostró como una gran fan de Ara Malikian, el violinista, dejándonos a mi hija  y a mí, estupefactos y muertos de la risa.
Sin duda, fue una gran noche. Una velada con ausencia de “normies” y de “cuñaos”, pero con la presencia de una mujer convertida en fuerza de la naturaleza: un ciclón llamado Mariló.
Gracias, primita, por una Nochebuena diferente. Nos has hecho muy felices y debes de saber que lo pasamos muy bien.
Muchísimos besos, ciclón.

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