Una hora antes de
conocerse…, en la redacción se recibe un fax, ¿un fax?, anunciando el resultado
y reclamando la presencia de Fiz Carrasco a cambio de la primicia.
Con el pensamiento más
puesto en la jubilación que en el trabajo, Fiz Carrasco, de 63 años, inicia un
viaje de regreso al pueblo del que salió hace más de cincuenta años y al que
nunca se atrevió a regresar.
Tendrá que enfrentarse
a sus miedos, superar sus decepciones y mirar cara a cara al que, en tiempos,
su mejor amigo fue.
No daré más pistas,
sólo anuncio que por ahí irá mi próxima novela, que no será negra, ni habrá
asesinatos ni asesinos. Tan sólo es la crónica de una decepción contada con el
cinismo propio del desapasionamiento.
Tampoco sé cuál acabará
siendo su título, una vez desechado aquel que un día fue manejado: Cosas que
nos pasan a los guapos. Quizá la titule Terapia Gutenberg o tal vez El mercado de las ideas. No sé, en todo
caso, la novela está todavía intitulada y avanza con lentitud propia de la
pereza También intuyo que debo andar por la mitad, pues 92 páginas me
contemplan.
Sea como fuere, tampoco
veo prisa alguna por acabar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario