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martes, 23 de febrero de 2021

En tres actos: 23F, vodevil y trágala.

 

Tal día como hoy, hace cuarenta años, empecé a trabajar en un juzgado de distrito como meritorio de Auxiliar de Justicia.

Salía a las siete y media de la tarde, en compañía de uno de los oficiales, Alfredo (DEP), a tomar un café, cuando en la radio de un coche escuchamos el asalto que se estaba produciendo en ese momento en el Congreso de los Diputados. 

Ese día se acabó la Transición y empezó la macro campaña de legitimización de la Corona.

Al día siguiente, por primera vez, se empezó a hablar del gran servicio prestado a España por  el entonces monarca, y los españoles que no eran monárquicos se  convirtieron a la causa juancarlista víctima de tan enorme campaña de marketing.

Lo sorprendente del asunto es que, detrás de todo el vodevil, estaba el general Armada, instructor militar primero y preceptor después del monarca durante muchos años, y del que se nos aseguró que había actuado a espaldas del rey.

El vodevil del 23F no cuajó. La trama falló en el primer acto, después del se sienten, coño se empezaron a ver las grietas. Faltaba argumento y consenso y sobraba improvisación. Pese a todo, salió bien.  Al menos, para uno: para el rey. Su figura, gracias a los impagables servicios hagiográficos ofrecidos por la prensa, quedó legitimada y dieron comienzo con gran alborozo los juegos florales de sus casi cuarenta años de felonía. Con la connivencia de los sucesivos gobiernos, por supuesto, dispuesto a cualquier trágala a cambio de tranquilidad.

Así fue como el rey, que para la prensa franquista, de tonto balbuceante no pasaba, fue legitimado por obra y gracia del 23 F. De repente, los españoles descubrieron las bondades de su nuevo y amado líder y tuvieron alguien a quien venerar. Todo ello, gracias a los impagables servicios de la prensa, con la connivencia de los sucesivos gobiernos y el aval del amigo americano siempre dispuesto a echar una mano a quien mejor defienda sus intereses

Y ahí siguen instalados algunos españolitos, crédulos ante explicaciones tan paranormales y ciegos al Elefante Blanco, el gran beneficiado.

 


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