Si tuviera que vivir de
la venta de mis libros pasaría hambre. ¡No se venden un carallo! Sin embargo,
como no vivo de lo que escribo—por tanto, no dependo de las ventas— puedo
asegurar que pese a no vender un carallo disfruto de mil pares de carallos
escribiendo. Además, viendo lo que hace la nueva generación de escritores —esos
que todavía no han alcanzado los cuarenta— me doy con un canto en los dientes,
me miro a un espejo y me digo:” mamasita,
mejor me quedo como estoy”. Porque ¿sabéis lo que os estáis perdiendo si no
leéis a todos estos jóvenes autores?— Aclaro que lo de “jóvenes autores”
incluye al género femenino—. Pues, si no lo sabéis os ilumino yo. No os perdéis
nada. Son más entretenidos los “postureos” que se gastan en el Instagram que lo
que escriben. Que si motos vintage, que si fotitos, jo qué majos, con fondos
LGTB, que si viajes chachipén… Como diría aquella: van de guays y no llegan a
chachis. Si a eso además le añades un o sea tienes ante ti el panorama
desolador de los nuevos escritores patrios.— Aclaro que la expresión “nuevos
escritores patrios incluye a todos los géneros, incluso a las idiotas— No voy a
mencionar ninguna novela. ¿Para qué? Ni voy a regalar publicidad absolutamente
a nadie. No se lo merecen. El que tenga afán de explorador y de buscador de
cenutrios literarios que siga con sus afanes, pero aclaro que por esos mundos
de Internet—Internet se debería escribir
con mayúscula al igual que Dios; ruego que a la RAE llegue la siguiente remesa
de pacharán para verlo—. Mientras tanto, yo os invito a leer El caso Abelenda (Amazon). Sin duda, la
mejor novela que he escrito hasta ahora—van dos— y que no se está vendiendo
mal, se está vendiendo peor. Claro que, España es una potencia mundial en
lectores…, en lectores de prospectos de medicinas, de resúmenes de películas y
de mensajes colgados en los puentes; y donde triunfan novelistas como Belén
Esteban o Ana Rosa Quintana. Así que, he discurrido que ahora que Isabel
Pantoja se va a una isla—Isabel Pantoja, ya sabéis, la líder de ese clan que
Tele 5 tiene en adopción— le voy a enviar un ejemplar de El caso Abelenda. Creo que le puede ser de gran utilidad: la puede
leer— si es que sabe hacer eso, leer—, o
siempre la puede utilizar para limpiarse el culo. Lo que prefiera, pero seguro que
las ventas aumentarían. Fijo. Se lleva mucho el glamur con aroma de culo.
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