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martes, 22 de enero de 2019

Tonto es el que escribe tonterías.


http://www.lasrecetasdemj.com/2018/03/nem-vietnamita-videoreceta.html
Acababa de preparar  el mejunje de ajonjolí conocido mundialmente por tahini y me disponía a preparar unos riquísimos Goi Cuom, Nems vietnamitas, cuando pensé para mí, o sea, para mis adentros… Bueno, ¡caray! Mejor no digo lo que pensé, pero que conste que me acuso de palabra, obra y pensamiento (lo de omisión ya lo he superado) y que procedo a medicarme convenientemente.
Llegado a tal extremo, y ante tamaño ataque de tontería culinario-internacional que padezco en las últimas semanas, conecté la tablet, me puse un capítulo de Shistseel y comprobé por mí mismo, una vez más, que de tonterías vive el hombre y  que aquello de que más cornás da el hambre es verdad hasta en el mismísimo Israel.
Sí, porque yo no sé si alguna vez habéis probado el tahini. ¿Sí? Pues si es así, también sabéis que esta mierda, apariencia tiene, es muy sana. Igual que practicar la tontería. Y, sabido es, que es mejor ser tonto y estar sano que ser listo y pasar hambre.
Claro que si no me creéis, o si todavía no habéis alcanzado la edad del pavo, la de comer tonterías y la de hacerlas, os podéis dedicar a poner la tele, esa obsolescencia programada, y entreteneros con los programas que Tele 5 emite para amos de casa, jubilados, chonis, perroflautas y demás revolucionarios de todo a cien, que sientan sus reales culos por esos sofás.
Ahí podéis ver de todo: como le tiran fajos de billetes a especies unicelulares, como niñatos y niñatas que cursan la EGB con 32 años buscan novia y como los directivos de las cadenas os manipulan y os hablan de personajes irrelevantes al tiempo que os cuentan historias para no dormir de estas amebas a la que gratifican como si estrellas del rocanrol cañí fueran.
Para evitar ataques indeseados un servidor de ustedes (y un jamón que yo ni soy político ni patriota), no enciende la tele. De Ferreras me estoy quitando y del Facebook me estoy alejando. Porque demasiados son los tontos llamados y muchos son los elegidos.
Porque, ¡qué peste! Están en todas partes, te los encuentras en cualquier esquina, nos asaltan a golpe de noticia y en el caso del Facebook con premeditación y alevosía.
Lees lindezas que cortan la respiración por gente que se cree demócrata (en algunos casos de toda la vida) y que de Shistseel de la vida no pasan (ultraortodoxos).
Apabulla ver como, gente que te cae bien, cuelga en el muro de lamentaciones que es Facebook, comparaciones entre presos, enfermos hospitalarios y televisiones; y como repiten machaconamente con supino desparpajo, que si los presos tienen televisión gratis, los enfermos también deberían tenerla.
La gente que así procede no debió sufrir jamás de la comparación ajena. Suerte tienen algunos. Lo único que les preocupa es que la televisión sea gratis y no de pago para los enfermos y…, tienen razón. Todo el mundo sabe que si sufres de cagalera mental y pones la televisión, mejoras un huevo de lo tuyo.
En todo caso, y digo yo, los que protestan siempre pueden delinquir; al fin y al cabo, es un trabajo como otro cualquiera, e irse a ver gratis la tele a alguna cárcel. Ahh, y ya puestos que los familiares les lleven la fiambrera y así ahorramos unos eurillos para que los políticos cambien la moqueta de sus chalés. ¡No todo va a ser robar!
También os recomiendo que comáis tahini, que aun siendo comestible parece mierda.
Y ahora disculpad, que soy un valiente y me voy a enfrentar a toda una pandilla de nems que me observan expectantes.
¿Qué pasa, nem? Elige arma: ¿Cuchillo y tenedor o palillos? ¡Cagondiola, cuánta tontería!
PD. Por cierto, ¿os había anunciado ya que en breve saldrá a la venta (Amazon) mi nueva novela, verdad? Pues eso, El caso Abelenda. ¡Está muy bien! Os la recomiendo.

lunes, 7 de enero de 2019

Resumen del día.


Dices resumen del día y el teléfono responde: Hola, Luis. Son las seis y veinte de la mañana. En estos momentos hay -1º, llegaremos a 14 y habrá sol. Informado apago el móvil y testo la temperatura ambiente sacando una canilla al aire. ¡Carallo! Me armo de valor y me levanto. Un nuevo día da comienzo. Bajo las escaleras, preparo el desayuno e ingiero todas esas cosas que tomo en busca de la vida eterna, aceite, ajos negros, tostadas de tahini con mermelada de ciruela y una taza más que generosa de café  con una nube de leche. Cuando llego a mí casa tomo las pastillas, contemplo las telarañas de la nevera y me siento delante del ordenador para recuperarme del susto. Plan para hoy: el mismo de siempre, escribir mí obra maestra. Pero antes de ponerme manos a la obra menester es leer la prensa. Navego a todo trapo por La Voz de Galicia, El País, El Confidencial, El diario.es y O.K diario (derrape habitual) para terminar unos días en El Mundo o días raros como hoy ojeando A Bola y comprobar si es cierto que lo que acabo de leer sobre Bolsonaro, que lo primero que ha hecho es bajar el SMI, y salta la primera sorpresa: no es cierto. Sí es cierto, sin embargo, que una de sus ministras dijo que las niñas tenían que vestir de rosa y los niños de azul. Rendido ante tanta tontuna y clamando venganza comienzo a escribir sobre Bolsonaro. Se va enterar el  menda ése y la mamarracha aquella. A las pocas frases me pregunto para qué, a quién le importa lo que opine yo sobre Bolsonaro o sobre una ministra que dice tonterías, cómo si aquí no tuviéramos abarrote de Bolsonaros. Para recuperarme me dirijo a mi asistente: asistente, cuéntame un chiste, y el móvil responde: ¿Un chiste? Marchando. ¿Qué harían las gallinas si fueran a una convención? Montarían un pollo. Verídico, mi asistente lo acaba de perpetrar. Patidifuso ante esta pandemia de memos, ante lo que parece ser el avance imparable de las amebas y cabreado por ser incapaz de escribir un post medio coherente, me arrimo todavía más a la estufa y haciendo un intrépido movimiento con la mano, la enciendo. Pienso, a veces  pasa: Mejor me hago un colocao y mañana Dios dirá. Voy a la cocina cantando por lo bajini: Colocao, desayunos y meriendas; Colocao, desayunos y meriendas sin igual,  me olvido de mi obra maestra y aparco mi proyecto de vida eterna. Calentito me acelero y me voy a la compra. Al fin y al cabo, si cada quince días se publican cuatro obras maestras para qué tomarme la molestia. Además, me dijo un pajarito que en el súper habían recibido una remesa de ellas y que las regalaban haciendo una compra de papel Elefante.

domingo, 6 de enero de 2019

O Apalpador.


Hace ya más de una década, dos tal vez, cuando leí por primera vez algo acerca de O Apalpador, la cosa me hizo ilusión.
O Apalpador, también conocido por el nombre de Pandigueiro en la comarca de Trives (Orense) representa la figura de un carbonero que baja las noches del 24 y del 31 de diciembre a tocar el vientre de los niños para ver si han comido lo suficiente durante el año, dejando  un montón de castañas, ocasionalmente algún regalo y deseándoles que tengan un año nuevo lleno de felicidad y de comida.
Posteriormente, en 1994, fue recogida una cancioncilla en Romeor de Caurel (Lugo, sierra del Caurel) que probaría la existencia de dicho personaje.
Preso por la curiosidad, recuerdo haber preguntado a nativos de las zonas antes mentadas con los que trataba habitualmente por los recuerdos que tenían de ésta figura para mí desconocida, y para mí sorpresa todos coincidieron en las respuestas: jamás nadie había oído hablar de semejante cosa. Ante lo cual repreguntaba: ¿Entonces, O Apalpador no existe? La respuesta volvía a ser unánime y en forma de pregunta tal y como es tradicional por nuestros lares: ¿Si existen los Reyes Magos, por qué no va a existir O Apalpador?
Vale. El “depende” siempre explicó muy bien las cosas en nuestra querida tierra.
Además, la creación de mitos, tradiciones y leyendas siempre tiene un comienzo, ¿no? Claro que, otra cosa es el uso que algunos quieren hacer de esos mitos, tradiciones y leyendas, de  nueva creación, ya que tengo la impresión de que la  figura de de O Apalpador parece enmarcada en una gran operación de marketing nacionalista que dé ínfula y realce a algo que jamás había existido hasta ese momento. Esa tradición donde lo importante no es la certeza sino cubrir un vacío. Y para ello, para tapar ese hueco, nada mejor que vender una figura que se preocupa de alimentar el hambre de los niños porque sabido es que el hambre con ilusión mejora la expectativa.
En fin…
Por tanto, y sin que sirva de precedente: ¡Viva O Apalpador!
Ya está bien de importar fiestas ajenas, cuando aquí tenemos capacidad más que suficiente para seguirle el juego a ciertos señoritos, dar pábulo a sus invenciones, mientras sacamos el paraguas que nos proteja de los meados que estoicamente soportamos.


miércoles, 2 de enero de 2019

25 millones de robots (Corea del Norte).


Ayer estuve viendo Corea del Norte con Michael Palin (dos capítulos) y la verdad es que la cosa estremece.
La gente parece idiotizada, robotizada, recluida en sí misma por propio convencimiento. Las calles se presentan ausentes de gente, apenas hay ruido y el tráfico lo regulan hermosas chicas que se mueven como autómatas, tal como se les supone que harían los robots, y emanando sensualidad a raudales.  Todo comedido, sin embargo. Todo medido. Me entero que la población no vive precisamente en la opulencia.  Al contrario, pasan hambre y necesitan y reciben ayuda del exterior, y aunque ahora estén relativamente bien, en los años 90 murieron alrededor de un millón de personas (de una población actual de 25 millones) a causa de las hambrunas.
Michael Palin y su equipo son autorizados  a entrar en el país a realizar un reportaje, viajan a la capital, a Pionyang, y allí les asignan a un chico y a una chica en calidad de guardas y custodios que lo acompañarán adónde quiera que vaya, siempre y cuando esté autorizado a ir, y que  vigilarán todo lo que diga y que, al tiempo harán de censores.
Los chicos son agradables, todos empatizan y el viaje transcurre de forma agradable, aunque una sensación de cierta inquietud flota en el ambiente, sensación ésta que se traslada hasta el espectador.
Simplemente, no das crédito a lo que ves. Es como si estuvieras contemplando una película de ciencia ficción con escenario cutre o viendo los horrores que provocan el aislamiento, la ausencia de crítica y la alienación del ser humano.
La devoción al líder es tan desmesurada, el bien común es tan exagerado y el seguidismo en todos los órdenes de la vida es tan brutal que son capaces de construir enormes calles repletas de rascacielos en el intervalo de año.
También autorizaron a Palin a salir de la capital y viajar a Wonsan donde están construyendo una especie de Benidorm bestial al objeto de atraer a turistas, sobre todo chinos. 2019 es el año en que se supone que estará todo rematado.
Entra en un aeropuerto fantasmal, sin actividad, donde pese a no haber nadie están los dependientes/as de los bares y comercios firmes e hieráticos en sus puestos. Tienes la sensación de estar viendo un Blade Runner a la inversa donde no hay carteles publicitarios, no hay gente y donde el silencio es letal.
Palin regresa al día siguiente para coger un vuelo, uno al día  los días que  hay, y después de un gran retraso a causa de la niebla, se sube a un avión Antonov fabricado en 1967 y se larga con la música a otra parte.
Por cierto, y hablando de música, en Pionyang suena en toda la ciudad a partir de las 5 de la madrugada una música lejana, metálica y extraña, que Palin decía no saber de dónde procedía; y que a mí, sólo viéndolo, me pareció estremecedor y motivo suficiente para la locura.
La verdad, ver humanos robotizados eriza los vellos y pone los pelos como escarpias al más pintado. Tan es así, que todavía me dura el acojone.