Nunca me arrepentiré lo
suficiente de haberle convencido para que se vacunara. Pero lo convencí. Bastó
hacerle una pregunta retórica ¿con lo que a ti te gusta meterte mierda te vas a
perder la oportunidad?, para convencerle. Sensible ante mi argumento, atendió
la cita y fue a inocularse. Nunca vi a nadie tan contento por la decisión
tomada, nunca vi a nadie más satisfecho, nunca vi a nadie más agradecido. Su
mundo, antes negacionista, quedó patas arriba. Le pusieron la buena; según él es la de Pfizer,
y empezaron a sucederle cosas extraordinarias. Lo primero, el colocón. Vaya que
sí. Si quieres cogerte un buen pedo métete Pfizer. Mejor que un tripi, más
eficaz que una larga esnifada. Provoca actividad, furor desatado y grandes horas de mala baba. El mejor chute
de su vida, me dijo, y dentro de tres semanas otro, el definitivo. Vivo
contando los días para atrás esperando tan magna efeméride. Lo malo, me
aseguró, es que el colocón no le duró mucho y que le dejó el brazo un poco
dolorido; pero, pelillos a la mar, que le quiten lo bailado. Mi amigo estaba
así de satisfecho la última vez que lo vi. A los tres días me guasapeó. Oye,
tío, no te lo vas a creer, pero desde que me pusieron la banderilla tengo
conexión 5G por todo el body. Un pasote. Ya ni siquiera tengo que usar el móvil
para consultar el tiempo; vamos, ni el tiempo, ni los resultados de la bonoloto
ni nada de nada. Tengo información, en tiempo real, en la retina. Sólo tengo
que parpadear para que mis córneas muestren el algoritmo que necesite. Te lo
dije, le contesté, la vacuna es buena, la vacuna salva vidas. Ser negacionista no
sale a cuenta. Mi mundo por un colocón. ¿Sabes por qué no se la pone Miguel
Bosé? Porque no tiene un buen amigo que le diga lo que yo te dije a ti. Porque,
vamos, que un tío que dice que se ha metido de todo, eso incluye el badajo del
tío más tonto y tóxico de este país, un tal Toni Catuvo, que se niegue a
ponerse la vacuna sólo puede deberse a un motivo: es porque desconoce las
maravillas de tener inoculado en el cuerpo el mejor de los 5G. Creo que si lo
supiera dejaría de hacer el chorras y disfrutaría de tan tremendo colocón. Es
lo suyo. Y ahora, cagondiola, apartaros que voy a doblar esa columna. Dejadme solo que soy
Sansón. Así que, amigo y amiga, ello y ella, vacúnate y disfruta del
maravilloso mundo de experiencias 5G.
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